Sevilla

Heroína, la vieja dama sigue al acecho

  • Los tratamientos por consumo de esta droga mezclada con cocaína aumentan un 7% en 2014 La asociación Brotes lleva 23 años ayudando a toxicómanos en Juan XXIII

Joaquín Azcona tenía 14 años cuando fumó por primera vez grifa. Luego, a partir de los 20, llegaron la cocaína y el LSD. Treinta años enganchado a las drogas que hoy recuerda desde el taller de carpintería y restauración de muebles que imparte la Asociación Brotes en la barriada Juan XXIII. Por el camino, no sólo perdió su trabajo como farmacéutico, también a dos hermanos que murieron por su adicción a las drogas.

Este sevillano, de 55 años, relata su historia mientras lija las patas de una silla bajo las órdenes de Gerardo Luna, un carpintero jubilado. Junto a él, Cándido González, otro de los alumnos del taller ordena las herramientas. Lleva siete meses sobrio. "Ya sólo bebe café y fanta, ¿a que sí, pelón?", comenta con cariño Chelo Sosa Benítez, voluntaria de la asociación desde hace 23 años.

González confiesa que ha pasado un total de cinco años en prisión por diferentes delitos, entre ellos por robar y prender fuego a su casa. "Empecé a consumir droga después de la mili, en los años 80, y, en el 92, ya tomaba cocaína y fumaba heroína en plata", recuerda este antiguo albañil. "Lo perdí todo. Me metía de todo".

Ambos son supervivientes de una época en la que numerosos jóvenes sevillanos enganchados al caballo murieron por sobredosis o como consecuencia del sida o la hepatitis, enfermedades que se transmitieron de forma masiva por la reutilización de las jeringuillas entre los adictos.

La heroína llegó a convertirse en una sustancia residual en Sevilla, pero desde la Asociación Brotes alertan: "La heroína ha vuelto". La trabajadora social Lola Campos asegura con contundencia que esta sustancia ha regresado a Juan XXIII, barriada en la que esta asociación de ayuda al toxicómano trabaja desde 1983. Campos señala su bajo precio como la principal causa del repunte. Pero esta heroína no es pura, se mezcla con otra sustancia excitante, como la cocaína, fusión conocida como rebujao.

La memoria de Atención a las Drogodependencias y Adicciones de 2014 elaborada por la Junta de Andalucía indica que las admisiones a tratamientos por consumo de heroína y rebujao en centros financiados por la Junta aumentó en la provincia de Sevilla un 7% con respecto a 2013. A nivel andaluz, el incremento fue de un 5,8%.

"Hoy la heroína es más sintética y menos visible", apunta Chelo Sosa. La forma de consumo ha cambiado. "Ya no ves a los toxicómanos tirados en la calle ni jeringuillas en la plazoleta", señala. Aunque, para la Asociación Brotes "el problema es el mismo pero con otra cara: delincuencia, exclusión, marginación".

En el año 2003, los adictos a la heroína suponían el 32% del total de personas que recibían atención en los centros de la provincia. Este porcentaje cayó hasta el 18% en 2013, pero en 2014 aumentó más de dos puntos porcentuales, según datos de la Administración andaluza.

En Sevilla capital, en los centros del Polígono Sur, Polígono Norte y Proyecto Hombre es donde se aprecia un repunte de las admisiones en 2014. En total, en los cinco centros existentes, el aumento es del 17% con respecto a 2013. Aunque el número de personas que continúan su tratamiento a final de año disminuye levemente.

Fernando Arenas, responsable de Atención a las Drogodependencias de la Consejería de Salud, pide cautela: "Este repunte puntual en 2014 no significa que vaya a marcar una tendencia. Habría que esperar unos años para comprobar si este cambio de ritmo se consolida", indica. Además, Arenas señala que trabajan "con muestras pequeñas" (894 del total de 4.385 personas que reciben tratamiento en la provincia por alguna adicción) y que en el "60% de los casos son readmisiones".

La cocaína y el alcohol siguen siendo las sustancias que más demanda de tratamientos registran en la provincia, según datos del Sistema de Información del Plan Andaluz sobre Drogas y Adicciones. Aunque a nivel andaluz, según manifiesta Fernando Arenas, el cannabis y sus derivados han sustituido a la cocaína del segundo puesto de la lista.

"Hoy no hay una percepción de los riesgos que supone el consumo de sustancias ni que éstas sean un problema para la sociedad", apunta Arenas. "Hace quince años, la sociedad situaba a las drogas en tercer lugar de la lista de las principales preocupaciones. Hoy están en el puesto 32. Su consumo está asumido, se ha normalizado, no se consideran un problema para la sociedad".

Además de los recursos de la Junta, asociaciones como Brotes trabajan en la prevención y la reinserción social de los drogodependientes a través de talleres ocupaciones y programas de prevención.

El último programa puesto en marcha por esta entidad ha sido una carpintería que arrancó en octubre de la mano de Manuel Carrillo, ya fallecido. "Veíamos a varias personas bebiendo en la plazoleta de sol a sol, sin hacer nada. Había que buscar una solución a esa situación y Manolo nos decía que si no venían ellos a pedir ayuda, teníamos que ir nosotros en su búsqueda", recuerda Chelo Sosa, una de las voluntarias más veteranas de la entidad.

El taller comenzó con cinco hombres. En él colaboran tres hermandades: la Amargura, el Cerro del Águila y San Esteban. Aquí convierten puertas en mesas, restauran mecedoras y arreglan sillas. Son los propios vecinos de la zona y los voluntarios de la asociación los que traen sus viejos enseres para su restauración. Las puertas de este taller están abiertas a todos, la única condición es que "no pueden venir colocados", apunta Sosa. Cándido González y Joaquín Azcona son alumnos fijos. Aquí el número de alumnos varía con frecuencia. Algunos abandonan y otros tienen que dejarlo por su ingreso en prisión. Su pasado les condiciona.

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