COMO decíamos en nuestra entrega anterior (Ver Diario de Sevilla, 22 abril 2009), fue quitado el cuadro del conde de Barcelona, pero el Círculo Balmes no puso las fotos de Franco ni de José Antonio. Se celebró la conferencia anunciada, y el general Antonio Castejón no volvió más a poner los pies en el Círculo. Entre otras cosas, porque poco después del incidente sería sustituido por Alfredo Galera Paniagua en la Capitanía General.

Altozano Moraleda fue informado del incidente, pero no mandó retirar definitivamente el cuadro del conde de Barcelona, que se había vuelto a colocar en su lugar después del cese del general Castejón. La hoja clandestina falangista hacía una feroz crítica tanto del gobernador civil como del ministro de la Gobernación y los monárquicos sevillanos.

La ansiada mejora del talante ciudadano, la respuesta positiva a los mensajes expuestos con motivo del homenaje al gobernador civil, organizado por el Real Círculo de Labradores, y apoyado por Abc, no acababa de producirse. Los efectos políticos del acto sí tuvieron trascendencia tanto en Sevilla como en Madrid, pero sin reflejo en los periódicos. Sólo la Prensa y Radio extranjeras se hicieron eco de la expectación despertada en Sevilla por Hermenegildo Altozano Moraleda y su rechazo a la camisa azul símbolo de la Falange.

En julio de 1960, Joaquín Romero Murube recogió el ambiente ciudadano en un artículo publicado en Abc, donde no ocultó su profunda decepción. Decía: "...los próceres de Sevilla son magníficos en todo y bonísimas personas. Muy agrarios y catoliquísimos. Pero desprenderse de una peseta en altruismos para con su ciudad no entra en el articulado de sus estatutos. En Barcelona, en Madrid o en otras partes, los próceres proceden de otro modo. O sus estatutos están más abiertos a la generosidad con sus ciudades...".

Entonces dirigía el diario Abc Joaquin Carlos López Lozano, un periodista excepcional que llegó a la presidencia de la Diputación de la mano de Altozano Moraleda y salió por la presión social de parte de la burguesía y aristocracia sevillanas. Luego fue simultáneamente, director del citado diario, presidente de la Junta del Puerto y del Ateneo, al que salvó de la bancarrota.

Hermenegildo Altozano Moraleda vino a Sevilla en 1959 con consignas evidentemente antifalangistas, que nunca podrían haberse planteado con la contundencia y reflejo público logrado, sin el apoyo superior. De manera que tanto Camilo Alonso Vega, ministro de Gobernación, como José Solís Ruiz, ministro secretario general del Movimiento, tenían forzosamente que estar amparados por Luis Carrero Blanco. La creación del Círculo Cultural Jaime Balmes formaba parte de la misma estrategia y estaba destinado a reorganizar las fuerzas monárquicas españolas en favor de la Restauración en la persona del conde de Barcelona.

El decidido apoyo de Altozano Moraleda a Alejandro Rojas-Marcos y Ramón Cercós, dirigentes de los sucesos universitarios que aceleraron la crisis definitiva del S.E.U. en Sevilla, así como su evidente permisividad ante los ataques que recibía el Sindicato estudiantil falangista, y su posterior enfrentamiento con el jefe nacional del S.E.U. en defensa de los estudiantes citados, a los que se negó a cesar, formaban parte de los mismos objetivos de desmontar el Movimiento.