Sevilla

La Hispalense repara "la dignidad" de los sancionados en el franquismo

  • La Universidad de Sevilla aprueba por unanimidad una declaración sobre la Memoria Histórica · El rector ve dificultades para eliminar símbolos del edificio del Rectorado

A pesar de las discusiones y de algunos malentendidos, el claustro de la Universidad de Sevilla (US) aprobó ayer por unanimidad, todos de pie y con un sentido aplauso, una declaración sobre la memoria histórica en la que condenaron "las sanciones impuestas por motivos políticos e ideológicos al personal de la Universidad de Sevilla entre los años 1936 y 1975".

El rector de la Hispalense, Joaquín Luque, aclaró que con esta declaración se pretende conseguir "la rehabilitación moral de los profesores, alumnos y empleados afectados por el proceso de depuración y las sanciones impuestas durante la Guerra Civil y la dictadura franquista". El claustro los acogerá de nuevo como miembros de la comunidad universitaria, "restableciéndolos en su honor y su dignidad, sin perjuicio de las medidas de anulación de aquellas sanciones, así como de las disposiciones que las ampararon", según la declaración.

Por otro lado, Luque explicó que uno de los aspectos que incluye la comisión asesora el proyecto de Ley de Memoria Histórica consiste en la actuación sobre el patrimonio público, lo que supondría la retirada de los símbolos franquistas en el edificio del Rectorado. Aunque Luque comentó que puede haber dificultades ya que "se trata de un edificio protegido".

No obstante, a pesar de que todo el claustro estaba de acuerdo en aceptar la declaración, supuso cierta controversia entre los más jóvenes y los mayores sobre qué debía incluirse en el término memoria histórica. Finalmente, la declaración fue aplauda a petición de varios de los miembros del claustro, lo que supuso cierta emoción en el rector, quien explicó que con este paso la US pretende "dar una satisfacción a una triple exigencia de verdad, justicia y reparación en relación con nuestro pasado reciente", al tiempo que expresó su compromiso presente y futuro "con valores democráticos en que se fundamenta la convivencia civil y que son inseparables del espíritu de respeto y tolerancia consustancial con la institución universitaria". Algunos de los miembros del claustro ni siquiera habían nacido antes del fin de la dictadura, pero la mayoría, hoy profesores o miembros de la organización, fueron alumnos durante esos años, y ayer todos tenían algo que opinar y manifestaban "sentirse obligados a hablar y a contar su experiencia".

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