La transición pactada

Monteseirín da por hecho que no repetirá como cabeza de lista y cede el testigo a Celis sin el reparo de Griñán · El PSOE aplaza a otoño la elección del candidato · El aparato fuerza la renovación sobre la base de un dato: IU se mantiene y es posible gobernar

Claudio J. Castillo

27 de noviembre 2009 - 05:03

A veces, las menos, al tirar de una hebra se deshace el ovillo. Otras, la mayoría, se forman tales nudos que es imposible desenmarañar el lío. Gestos pequeños que dan lugar a grandes consecuencias. Así de simple. Y de complicado.

La candidatura socialista en Sevilla para las municipales de 2011 atraviesa por esas lides y no se resolverá hasta otoño del próximo año. Las encuestas internas que maneja el partido, de un lado, y los efectos derivados de los casos de corrupción que investigan los jueces (Mercasevilla), el hastío ciudadano por la política de obras y movilidad, y la pésima imagen que proyecta el gobierno local pese a su gestión, por este orden, han dinamitado las posibilidades que Monteseirín creía tener y que pedía a voz en grito hasta este verano, cuando reclamaba en público un cuarto mandato.

El alcalde que ha gobernado Sevilla durante la última década sabe ya que tiene sus días contados y que el aparato (provincial, claro, y también regional), no cuenta con él. Dice haber comunicado él mismo su renuncia, y no lo disimula. Hace dos semanas, en un acto público en el Alfonso XIII, respondió en seco a la pregunta de si se veía candidato: "De eso no toca hablar ahora". A los pocos días, concretó algo más: "¿Que si repito en 2011? Alfonso [por Celis], por aquí preguntan por ti", espetó.

Las encuestas mandan. La marca socialista resiste; la gestión del gobierno local puntúa en negativo. Los socialistas barajan un recorte en el número de ediles ante el empuje de Zoido (PP), que suma escaños y votos como consecuencia del desgaste del equipo de Monteseirín. "La gestión socialista se valorará con el tiempo, como pasó con la peatonalización de la Avenida, no ahora. Y en eso tenemos gran parte de responsabilidad: la labor de comunicación ha sido pésima, y lo peor es que va a más, porque no se logra vender los pocos éxitos que aún tenemos", apuntan desde las filas del puño y la rosa. La portavoz del gobierno, Maribel Montaño, tocada.

Eso, y la crisis. Y también el paro. La abstención en las bases socialistas que arrojan los sondeos alarman en Luis Montoto y en San Vicente, sedes provincial y regional del PSOE. Tanto, que si no se provoca un revulsivo en la militancia es posible que la mayoría absoluta que ya proclama Zoido tenga tintes de verosimilitud.

Un atisbo de esperanza, en cambio, se abre paso en un panorama tan desolador. IU mantiene sus ediles. Y lo hace pese a la soberbia de su líder municipal, Antonio Rodrigo Torrijos, situado en las antípodas del perfil moderador que tenía Luis Pizarro y de la cintura que lucía Paula Garvín. "Una pandilla de radicales de izquierdas", sí, pero con 25.735 votos en la urnas, refieren sus actuales socios.

Las posibilidades de conservar la alcaldía no se han esfumado, aunque el PSOE da por hecho ya que no será la lista más votada. UPyD, el partido de Rosa Díez, no es, por ahora, un contrincante que temer, aunque rebasase en votos a IU en las pasadas europeas. Dependerá del rostro (y del grado de conocimiento del candidato) que UPyD ponga al frente. En el Aljarafe, por ejemplo, hay quien esboza ya posibilidades de pactos de gobierno PSOE-UPyD; en la capital, esa liga está aún por jugar.

Candidato 'interruptus'

¿Otra vez Monteseirín? "Ni por asomo". El alcalde está llamado a agotar su mandato en una "transición pactada" con el próximo candidato que no tiene por qué ser complicada ni traumática, aducen en Plaza Nueva. Pasó ya con José Rodríguez de la Borbolla y el propio Monteseirín en 1999, cuando éste último fue el hombre impuesto por el aparato tras unas primarias que echaron por tierra las aspiraciones de gobierno de quien había resistido como jefe de la oposición municipal desde 1995.

¿Nombres? Aún es pronto. Ferraz ha remitido una orden aplazando cualquier debate al término de la presidencia europea en manos de España, en junio de 2010. Después, la Ejecutiva de Leire Pajín ha dictado que le tocará el turno a los candidatos socialistas en las ciudades en las que no se gobierna, por lo que el mirlo blanco hispalense anidará, como pronto, en otoño de 2010. "Hay tiempo", remachan los curtidos en las contiendas preelectorales: "Sólo falta que tanto el candidato, como la lista, sean potentes y, sobre todo, renovados".

Es una de las conclusiones vertidas por las encuestas: La calle no quiere a Monteseirín, pero tampoco a los miembros de su equipo. Los consejeros Juan Espadas y María Jesús Montero suenan como posibles recambios como antaño lo hicieron otros nombres ligados a la ciudad, como Evangelina Naranjo y Carmen Tovar, de un lado, y José Antonio Viera, de otro.

El aparato no suelta prenda, ni lo hará: "El PSOE nunca se atreverá a poner ahora un nombre encima de la mesa. ¿Para qué? ¿Para achicharrarlo? Se nos viene encima un semestre económicamente malo, Sevilla será Bosnia Herzegovina con las obras como avisó el alcalde, y queda por ver lo que ocurre con Mercasevilla. No es el momento", aseveran las fuentes consultadas.

¿Y Celis? ¿Tiene posibilidades? Hay disparidad de criterios. Escritas quedaron sus palabras relativas a que "cuando se vaya Monteseirín, me iré con él". Así se pronunciaba cuando el grupo municipal estaba abierto en canal por la espita que abrió Emilio Carrillo, del que se presumía era el relevo natural.

Pero Celis es pieza de un plan que le supera, y que le empuja a tomar el relevo de Monteseirín con el beneplácito de éste (su heredero político, línea continuista) y sin aparentes reparos por parte del presidente de la Junta, José Antonio Griñán, que bendeciría la decisión. Ya se encargó el grupo de colocar su nombre (el de Celis) en las encuestas telefónicas. Un punto a favor: ha sido capaz de organizar las bases socialistas capitalinas en torno al movimiento crítico de Monteseirín -7 de las 11 agrupaciones socialistas votaron la corriente liderada por el regidor-. Dos más: su gestión no tiene mácula, y sus intentos por restañar heridas con las ejecutivas provincial y regional se antojan sinceros.

Dos en contra. Ni él mismo se reconoce "héroe" como para tomar el timón del barco socialista con todos los elementos en contra: "Hacen falta líderes, y como no los hay, seguirá Monteseirín", defiende. Y otro más: "Quien ha formado parte del problema, no puede ser parte de la solución. Y la Policía Judicial ha llamado dos veces a la puerta de su despacho en Urbanismo para confiscar material informático de la Gerencia por el caso Mercasevilla". Eso dicen quienes le quieren ver apeado de la futura corporación, que sentencian: "Es lo que tiene pasarse el mandato queriendo dominar al partido, que pierdes el pulso de la calle".

Las encuestas de después del verano y la última palabra de Zapatero y José Blanco, secretario y vicesecretario generales del PSOE, se encargarán de despejar la duda.

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