Uno de los índices de fracaso escolar más altos de la ciudad, un fuerte desempleo, venta de drogas, prostitución, ausencia policial en las calles, planes urbanísticos incumplidos, deterioro del mobiliario urbano y vandalismo y además, una parada de Metro cuyas obras deberían haber finalizado hace un año. Por todos estos motivos, y ante la indiferencia de los diferentes grupos políticos del Ayuntamiento de Sevilla, se manifestaron ayer los vecinos del barrio de la Plata, quienes están cansados de ser invisibles para la Administración local.

La protesta recorrió parte del distrito Cerro-Amate y a ella acudieron más de mil personas, entre las que se encontraban representantes de 18 asociaciones vecinales, así como personas pertenecientes a centros de mujeres, deportivos, culturales e incluso dos bandas de música de jóvenes que viven en el barrio y trabajadores eventuales de Tussam que apoyaron la manifestación debido a la precariedad del servicio de la empresa de transporte en la zona.

El barrio de la Plata nació a la sombra de la gran fábrica textil de Hytasa y se fue formando con trabajadores del mundo rural que fueron ocupando parcelas sin urbanizar, y por lo tanto, careciendo de planificación urbanística, derivando como consecuencia en calles estrechas sin aceras, edificándose casas unifamiliares de autoconstrucción, con graves carencias de alcantarillado, acerados, agua, asfaltado y dando lugar a un barrio carente de espacios de uso público con zonas verdes. "Actualmente, parte de estas carencias están cubiertas, pero aún faltan muchas para que este barrio salga de la marginalidad", aseguró ayer el portavoz de la asociación de vecinos Entre Lindes, Alberto Sobril.

En el barrio de la Plata, el segundo con más población inmigrante de Sevilla, viven 20.000 habitantes de clase media-baja que según Alberto están desesperados. "Siempre nos toca la china", aseveró. El portavoz también mostró su indignación por el estado en que se encuentran las obras de la parada del Metro que hay en la zona. La estación de Cocheras es la única de la ciudad que está ya en uso y que aún continúa en obras. "La han construido a siete metros del suelo y muchas personas mayores o con problemas de movilidad no pueden acceder a ella por una rampa provisional que han colocado", declaró.

Los vecinos de la zona esperan que la manifestación sirva para que el gobierno municipal reaccione y les preste atención porque, según Alberto, "la situación del barrio lleva demasiados años siendo lamentable".