barreras arquitectónicas Una parte de la población queda excluida de una de las vistas más atractivas

Panorámica imposible en las 'setas'

  • Los escalones del Parasol impiden el acceso a las personas con movilidad reducida al mirador 'estrella' del edificio

Una importante parte de la población no puede disfrutar de la espectacular panorámica que se divisa desde una de las zonas más atractivas de las setas de la Encarnación, el mirador, un proyecto estrellapresentado por el Ayuntamiento como un símbolo de la modernidad arquitectónica en la ciudad. Las barreras infranqueables para las personas con movilidad reducida se aprecian a los pocos pasos en este edificio singular.

José Manuel Rico, un joven de 30 años que tiene que moverse en silla de ruedas, sólo puede acceder con enormes dificultades, y con ayuda, hasta una zona de la pasarela. Unos escalones le impiden avanzar. Este joven y las personas en su misma situación quedan excluidas en las setas. "Las barreras arquitectónicas nos hacen más dependientes que la propia enfermedad", comenta con palabras llenas de frustración.

Son varias las rampas instaladas en la entrada al Metropol Parasol, pero el esfuerzo es excesivo para salvarlas para personas con problemas de salud. "La solución habría sido simple, un ascensor para llegar hasta todas las instalaciones, también hasta el mirador", comenta Verónica, una sevillana de 28 años que sufre problemas de asma.

El ascensor funciona, pero no lleva, de momento, a los usuarios ni al mercado de abastos ni a la Plaza Mayor, otras de las zonas nobles de las setas. Espacio imposibles para José Manuel y Verónica. Esta pareja se pregunta "¿por qué no han pensado en las barreras?, con lo que ha costado". Durante un paseo por el Metropol Parasol, Verónica explica su lucha constante para que se reconozcan sus derechos como personas dependientes. "Estamos esperando un juicio. Aunque José Manuel tiene una gran discapacidad reconocida por la Junta de Andalucía, tenemos que pelear en los tribunales para que nos concedan la ayuda de su minusvalía", añade Verónica. Este joven necesita ayuda para realizar funciones cotidianas, como comer o asearse. "A veces te levantas con ganas de luchar para que se eliminen los obstáculos, pero otras veces, te rindes y simplemente te conformas", lamenta.

La Oficina del Defensor Andaluz, José Chamizo, aún no ha recibido queja formalizada sobre las barreras arquitectónicas del Metropol Parasol, pero en el área de Urbanismo de esta institución constan las dificultades de acceso para las personas con movilidad reducida. Esta oficina estudia visitar la zona para analizar las estructuras que discriminan a parte de la población y no descarta adoptar medidas, sugerencias o recomendaciones para tratar de paliar las dificultades que afrontan las personas que sólo pueden moverse en sillas de ruedas.

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