-El sábado, el Sevilla acaba una Liga y una etapa. Y se va un símbolo como Andrés Palop...

-Será muy especial para el sevillismo, se trata del mejor portero de la historia del club. Nos hizo ganar muchísimas cosas. Lo dio todo y se merece un homenaje de los grandes. Seguro que la afición, que siempre se vuelca y más con estos motivos, le brindará algo especial a Andrés en su adiós.

-Supongo que su nostalgia es la que él va a empezar a sentir dentro de poco.

-Estuvo mucho tiempo en el club, el vínculo es realmente fuerte y conociéndolo como lo conozco, recordando cómo se entrenaba y se entregaba en cada partido, estará muy tocado por su despedida.

-Me comentó que cuando llegó a Sevilla, sin saber una palabra de español, Andrés le ayudó mucho en su integración.

-Efectivamente, fue un compañero ejemplar para mí, era importante tener a alguien ahí cuando salía de entrenar y él estuvo. Y en el vestuario, fue un capitán ejemplar.

-¿Qué recuerdos le asaltan cuando oye Andrés Palop?

-Lo primero, sus ganas antes de los partidos. Llegaba al vestuario muy, muy metido y también nos metía a todos con sus gritos. Desde que estoy en China me acuerdo mucho de él. Aquí la gente es mucho más calladita. Antes de los partidos apenas hablan, me acuerdo de Palop y soy yo quien intento transmitirles a ellos lo mismo.

-¿Ha podido seguir al Sevilla esta temporada desde China?

-He visto fragmentos de partidos, lo que he podido por internet y los resúmenes de los campeonatos europeos que da la televisión por cable. No puedo opinar, por tanto, con el conocimiento que quisiera, pero está claro que ha tenido demasiados altibajos durante toda la temporada. Para asentarse en la parte alta hay que ganar a menudo fuera de casa y sólo lo hizo una vez, así es muy complicado aspirar a Europa.

-El club, en franca regresión, debe acometer una regeneración urgente. ¿Cómo lo ve?

-Consejos no puedo dar, no es mi responsabilidad. El club es mucho más grande que yo y sabrá lo que debe hacer. Lo único que le mando es mucho ánimo para seguir trabajando. La directiva tomará las medidas oportunas para que cambie y mejore. Animo a los que se queden a que aprieten y no decaigan.

-Cuando usted llegó al Sevilla en ese verano de 2005, el club también acometía una regeneración que acabó por cambiar el destino de la entidad.

-Está claro que este Sevilla es menos bueno que el nuestro, son jugadores diferentes, ha sido una temporada en la que no ha encajado el grupo, pero opino que la base de la plantilla tiene calidad y que no estamos lejos de volver a ser lo que hemos sido. Pero es fundamental la unión a todos los niveles, y animo a la afición a que esté con el club en estos momentos. El Sevilla no puede competir con Real Madrid y Barça, pero con humildad y trabajo, llegamos a competir con ellos. Y seguro que el Sevilla volverá a hacerlo.

-Pero esta vez parece que el club no va a contar con los medios para invertir de ese 2005...

-No hay una varita mágica, los clubes se gestionan con esfuerzo y con cohesión. En 2005, todo encajó. Las operaciones de Monchi fueron espectaculares ese verano, pero también cuajó todo porque éramos un equipo, con todo lo que ello supone. Es lo que hay que volver a hacer.

-Monchi, después de varios años con más errores que aciertos, ha perdido popularidad entre el sevillismo.

-Su trabajo es muy complicado. Mucho, mucho. Siempre le estaré agradecido personalmente. ¿Quién no tiene momentos complicados en su trabajo? Los clubes más grandes viven periodos de sequía sin ganar nada. No sé si es la hora de que Monchi siga o se vaya, pero ha hecho más cosas buenas que malas.

-Se va Palop y se pueden ir Jesús Navas y hasta Negredo. El equipo en el que usted tanto disfrutó pasará a ser entonces una leyenda, un recuerdo.

-Algún día tenía que pasar. Será un momento muy exigente para el club, un reto. Hay que pasar página y empezar algo nuevo, escribir otra con unión, humildad y trabajo. Los retos nutren el alma de los deportistas, de los directivos, los retos son interesantes para todos. El éxito volverá a llegar con gente diferente.