Regreso al pasado con el objetivo de seguir escribiendo el futuro. Es el camino que le ha tocado al Sevilla en estos cuartos de final de la Liga Europa, en los que el sorteo le deparó un largo viaje hasta la histórica San Petersburgo para medirse con el potente Zenit, un equipo plagado de estrellas a base del dinero que otorga un poderoso patrocinador, Gazprom, aunque primero el conjunto ruso visitará el Pizjuán (16 abril, a las 21:05) para una semana más tarde oficiar de anfitrión en el Estadio Petrovsky, el jueves de Feria. Otro jueves de Feria más con una cita europea por delante. El destino. 

Evitados cocos como el Nápoles, la Fiorentina o el Wolfsburgo, el Zenit, pese a su irregularidad en el torneo continental, no les va a la zaga. Líder de su liga, el plantel que dirige André Villas-Boas cuenta con nombres conocidos y adquiridos a base de talonario como el brasileño Hulk y el belga Axel Witsel. Aun así, el "hueso" de esta competición, como dijo el presidente de la entidad nervionense, José Castro, es el Sevilla. "La eliminatoria será muy igualada, pero somos los campeones y estoy convencido de que el equipo lo seguirá demostrando. Conocemos al Zenit, porque nos enfrentamos a ellos en la 2004-2005 y la 2005-2006. Han pasado años y el Sevilla ha vuelto a ganar el título y ellos tienen un equipo bastante renovado con estrellas mundiales", explicó el dirigente sevillista. En esa primera campaña a la que aludió el conjunto andaluz empató a domicilio (1-1) en una fase de grupos con una sola vuelta. Una campaña después volvieron a encontrarse en la fase de grupos cayendo por 2-1 (dos tantos de Kerzhakov, ahora en el Zenit, y otro de Saviola) y en los cuartos de final, como ahora, con triunfo sevillista: 4-1 en Nervión y 1-1 en la vuelta. Fue el primer gran paso del camino hacia la gloria. 

Pero el pasado sólo es eso, pasado (ilustre en este caso), tal y como recalcó Unai Emery. "Ser campeón sólo te da el título del año anterior y reconocimiento. Para reescribirlo tenemos que ser competitivos y darlo todo en lo colectivo, que es lo que nos ha llevado hasta este punto y lo que nos puede llevar más lejos", dijo el técnico vasco, que añadió sobre el rival: "Tiene jugadores de buen nivel y es lo que todos queremos, enfrentarnos a equipostop para escribir un bonito camino y disfrutar de él. Y ahora tenemos el reto de poder superar a todo un campeón de la liga rusa, el conjunto más fuerte de la liga rusa, el que tiene los mejores fichajes y eso dice mucho de su potencial. Pero eso no nos tiene que decir más que son un gran equipo y que tenemos que dar nuestra mejor versión". Cuestionado sobre la fecha de la vuelta (23 de abril), señaló que "tocará disfrutar de la Feria de San Petersburgo". 

El actual campeón, ganador del torneo también en las campañas 2005-2006 y 2006-2007, se medirá con el equipo que le dio el relevo en el palmarés en la 2007-2008. Dos campeones frente a frente con dos técnicos campeones en los banquillos. Y es que Villas-Boas dirigía en la 2010-2011 al Oporto que levantó el trofeo y que dejó en el camino al Sevilla en los dieciseisavos de final con Hulk también en sus filas. "El Sevilla es el vigente campeón y el conjunto más complicado que nos podía tocar. Tiene calidad, experiencia y ya sabe lo que es el éxito en esta competición", expuso el preparador luso, que, sin embargo, destacó un factor: "Jugamos la vuelta en casa y necesitaremos el apoyo de nuestra afición. Estoy seguro que lo darán todo para ayudarnos". 

Hará falta esa ayuda, ya que el Zenit no podrá contar en el Ramón Sánchez-Pizjuán con cuatro de sus titulares por acumulación de tarjetas. Se trata del brasileño Hulk, que podría dejar su sitio en la vanguardia a Rondón, y el portugués Danny, uno de los motores en el centro del campo. Las otras dos ausencias supondrán un problema defensivo, pues no jugarán tampoco sus dos laterales titulares, Criscito y Smolnikov.