"A Jiménez era aun mejor destituirlo sin repuesto que esperar a tenerlo"
José María del Nido, presidente del Sevilla F.C.
El presidente no esconde la decepción por la imagen dada en Villarreal y niega que el club se haya dejado llevar por la improvisación
-Malos tiempos, presidente…
-La imagen que hemos dado en Villarreal no es, ni por asomo, la que buscábamos cuando se tomaron las decisiones y no voy a esconder que la decepción es grande, pero hay que darle al nuevo cuerpo técnico la confianza y el apoyo que merece y pensar que con más tiempo en los entrenamientos, con una semana al menos ya que apenas ha tenido tres días, el rendimiento del equipo va a cambiar. Lo que pasa es que tampoco tenemos mucho tiempo. Hay que reaccionar ya.
-Los acontecimientos han puesto patas abajo a la entidad. La pasada fue una semana movidita.
-Evidentemente, la salida de Manolo Jiménez ha provocado que hayamos tenido una semana lo suficientemente activa como para que se haya hecho cortísima, entre otras cosas porque hubo fútbol el martes.
-Pero sí sorprende en toda esta historia en la que habría que empezar por el principio que se ha pasado de defender a un entrenador a capa y espada a destituirlo.
-Yo creo que la obligación de un club de fútbol de Primera División es defender a su gente hasta el mismo momento en el que ya no hay posibilidad de defenderla. Nosotros hemos defendido a Manolo Jiménez a capa y espada porque creíamos en él hasta el momento que hemos entendido que ya no tenía defensa y cuando la situación requería un giro de 180 grados.
-Y todo pese a que los objetivos se estaban cumpliendo o no se cumplían por muy pocos puntos.
-Sí, pero llegó un momento en que ya no eran los resultados, ya era la situación y el dominio de la misma, y nosotros, los que más encima del equipo estamos, entendimos que había que pegar el cambio por el bien de todos, porque no le veíamos el norte al equipo.
-¿También se pidió opinión al vestuario?, ¿a los capitanes?
-Cuando se gobierna un colectivo, cuando se hace desde el conocimiento, todas las opiniones son tenidas en cuenta. Y decir lo contrario en este aspecto sería mentir.
-Jiménez comentó en su despedida que le hubieran gustado otras formas. Se refería a que no le gustó la manera, el momento, en que se le comunicó el despido justo después de abandonar la sala de prensa tras el choque ante el Xerez.
-Nosotros tomamos la determinación, que no la decisión, al terminar el partido ante el Xerez y en beneficio de él entendimos que ir a la rueda de prensa sabiendo que había sido destituido le perjudicaría personalmente a él, que no podría preparar una rueda de prensa de despedida de una entidad que es la suya, y que lo va a seguir siendo, con la sensatez y el tiempo que ello requería. Por eso se lo comunicamos después. Lo hicimos en beneficio de Manolo Jiménez.
-También comentó que echó en falta la despedida personal del presidente. ¿Ese gesto que él demandaba y que achacaba a la premura de tiempo y las gestiones en busca de sustituto se ha producido ya?
-Yo no voy a… Vamos a ver, yo me despido de Manolo Jiménez después de comunicarle el cese, antes de que se vaya del estadio, dándole un abrazo. Con lo cual me he despedido de él, eso primero. Segundo, yo no voy a su rueda de prensa de despedida porque no es lo que he acostumbrado en anteriores despedidas de entrenadores. Y tercero, no voy porque no me lo pide. Él pide que esté Monchi a su lado. Pero yo soy el que hablo con él y le doy la oportunidad de despedirse en la sala de prensa del estadio Ramón Sánchez-Pizjuán. No hay que ver segundas cuestiones en eso porque no las hay.
-Se le ha criticado al presidente que siempre aparece y que es la imagen constante del club para cualquier cosa y que no ha aparecido en la foto del fracaso.
-Pero yo creo que tampoco Manolo se ha ido fracasado, porque deja al equipo en una final de Copa y quinto en la Liga. Manolo se ha ido porque las circunstancias obligaron a que se fuera. Por el beneficio del equipo.
-Segundo capítulo. El hombre elegido, la que parecía la solución perfecta, Luis Aragonés, deja al club descolocado con su negativa final.
-Después de barajar ya semanas antes una posible destitución del entrenador llegamos a la conclusión de que si eso se producía la mejor alternativa era Luis Aragonés. Nos reunimos de inmediato con él y le hicimos la oferta que creíamos que le convenía. Él pidió tiempo para meditarla; no nosotros, él, y nos llamó a la mañana siguiente diciéndonos que no la aceptaba. No hay nada que ocultar, él pedía dos años, este año y el que viene, y nosotros le ofrecíamos este año y el segundo a la vista de los resultados. No queríamos hipotecar el club. Una vez que Luis Aragonés dice que no, nos volvemos a replantear la situación. Vemos las posibilidades que nos indica el mercado y es Monchi el que dice: "Presi, yo creo que la solución la tenemos en la casa. Yo he estado hablando con él y sé los conceptos futbolísticos que tiene". Y es cuando le damos la oportunidad a Antonio Álvarez.
-Lo que sí es verdad, y permítame que se lo comente, es que lo que ha quedado desde fuera es que el Sevilla de las planificación al milímetro se ha dejado llevar en este asunto por la improvisación, destituyendo a un entrenador sin tener un acuerdo con su sustituto.
-No. Lo primero, si llegamos al convencimiento de que el cese de Jiménez se tiene que producir es porque hay que hacerlo ya, si no habríamos esperado, pero entendíamos que produciría un mayor desgaste para el plantel y para él mismo dejarlo una semana más al frente de la plantilla. Era mejor destituirlo ya aunque no tuviéramos repuesto, a dejarlo y esperar que lo tuviéramos. Incluso no sólo el comité ejecutivo de la entidad, que es el que toma las altas decisiones de la misma y que formamos Pepe Castro, José María Cruz, Manuel Vizcaíno, Monchi y yo, sino que reunimos al consejo de administración el día del partido ante el Xerez, tres horas antes del mismo, para conocer el criterio de toda la gente. Y creíamos que la destitución era necesaria aun a sabiendas de que no teníamos repuesto y de que podíamos no tenerlo.
-También la presión externa habrá hecho mucho. El famoso debate al que tanto se ha referido la afición pesó. ¿O no?
-Si la permanencia de Manolo Jiménez hubiera sido buena para la entidad, habríamos aguantado la presión como la llevamos aguantado desde que se hizo cargo del equipo. Hemos luchado con ella y se tiene en cuenta, pero no es lo determinante para tomar la decisión. Antes, un sector importante de la afición no quería su renovación y el consejo entendió que los resultados le daban la oportunidad de encabezar un nuevo proyecto.
-El hecho de que no se le haya aceptado a Luis un segundo año también se ha interpretado como que el club tiene ya un acuerdo con otro técnico para la próxima campaña.
-El club no tiene ningún acuerdo para la próxima temporada con ningún entrenador y en los casos concretos de los nombres que yo he escuchado, Gregorio Manzano, Sánchez Flores, Marcelino, Ernesto Valverde, Schuster o Laudrup, nosotros no hemos hablado con ninguno de ellos ni con sus representantes. Y si Antonio Álvarez se gana en el banquillo el derecho a continuar, el club lo valorará.
-¿El resultado de Villarreal cambia el posicionamiento del club en torno a su continuidad tanto este año como el que viene?
-En absoluto. Antonio tiene todo el respaldo del consejo y lo que hay que hacer es darle la confianza y pensar que esto ha sido un accidente. Si cumple los objetivos y las dos partes estamos contentas, seguirá la próxima temporada.
-Entrenador al margen, el vestuario debe elevar el nivel de compromiso.
-He hablado varias veces con ellos desde el martes y saben cómo piensa el presidente. El nuevo cuerpo técnico podrá ayudar, pero esto lo tienen que sacar adelante ellos.
-Por la forma de actuar con Luis está claro que no era el perfil.
-No sólo por el perfil. Somos una sociedad que se mueve también por los resultados y si no se obtienen los resultados hay que hacer los cambios necesarios para que se obtengan. Hipotecar el futuro poniendo al frente de la primera plantilla, que es la estrella que nos guía, a una persona que no hubiera obtenido los resultados habría sido ir en contra de la filosofía de la entidad. ¿Por qué Jiménez encabezaba el proyecto de este año? Porque se lo gana: queda tercero y llega a semifinales de la Copa del Rey. ¿Y si coge el equipo, nos deja el 14 y perdemos la final? ¿Qué hacemos con Luis Aragonés? Eso es así e igual que se lo dije a él lo tengo que comunicar. Pero ni a él ni a nadie.
-El nuevo cuerpo técnico busca, ahora también con Tevenet, una cordialidad, una complicidad que antes parece que no había con el vestuario. ¿Se prueba fortuna con el modelo del buen ambiente?
-Sí es verdad que Antonio tiene una forma de ser distinta a la que han tenido los anteriores técnicos, pero no sólo Jiménez, sino también Juande. Se ha incorporado también Luis Tevenet. Tienen la misma condición de sevillistas que tenían Caparrós o Jiménez, cuentan con conceptos futbolísticos distintos a sus antecesores y lo que hay que pedir es que los resultados nos acompañen para que puedan demostrar su valía. La primera prueba ha salido mal, pero hay que tener confianza y darles tiempo a que el trabajo empiece a plasmarse en el campo, aunque la verdad es que no tenemos mucho tiempo.
-Para que siga Antonio Álvarez la temporada que viene, ¿qué tendría que hacer? ¿Quedar tercero y ganar la Copa?
-Ponerle una limitación a su continuidad sería injusto. Quedan dos meses de competición y los resultados dirán si él está contento y nosotros estamos contentos con él. Seguirá si todos entendemos que es bueno para la sociedad que sea así. Él sabe que su contrato ahora está hasta final de temporada, tiene unos retos que para sí los quisiera cualquier técnico que debuta entrenando, como es poder clasificarse para la Liga de Campeones y poder ganar un título. Eso no está al alcance de muchísimos entrenadores profesionales de muchos años.
-¿A día de hoy, cumplir los objetivos es quedar terceros o quedar cuartos?
-El objetivo es clasificarse para la Liga de Campeones y, si puede ser, como terceros porque ése era el objetivo al inicio de la temporada.
-¿Haber caído en octavos ha sido fracaso o decepción? Porque son cosas distintas.
-Fue una decepción partiendo de la base de que no hemos podido conseguir los objetivos que nos habíamos marcado. Presupuestariamente, esto nos va a costar el dinero; deportivamente, hemos vuelto a caer en la limitación que teníamos en la competición, lo cual nos hace que queramos volver a intentarlo; y anímicamente, para la sociedad y para el aficionado, ha sido un grandísimo varapalo porque nos veíamos con capacidad suficiente para superar al rival.
-Y por segunda vez en casa con un resultado favorable.
-El equipo no fue capaz de manejar ni el partido ni la eliminatoria. A lo mejor no se perdió en Sevilla, sino en Moscú.
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