Sociedad

Cuando internet te arruina el verano

  • La crisis económica lleva a muchas familias a buscar una vacaciones más baratas a través de gangas ofrecidas en la red, que en la mayoría de los casos resultan grandes estafas.

La crisis ha mermado muchas arcas familiares, pero nadie quiere renunciar a su descanso estival. Y para que la economía doméstica no se vea muy perjudicada, muchos españoles están recurriendo a ofertas en internet que, en algunos casos, consiguen arruinarles el verano. 

Seguramente, algunos habían pensado tumbarse al sol esta próxima segunda quincena de julio, un deseo truncado por los malos que se han quedado con la señal que les pidieron por un alojamiento a pie de playa. 

El alquiler de apartamentos y los paquetes de viajes son las grandes estafas on line que en verano "hacen el agosto". Gangas, descuentos y chollos que al final salen muy caros y que corroboran, dice el jefe del Grupo de Delitos Telemáticos de la Guardia Civil, Óscar de la Cruz, el dicho popular de que "no regalan duros a cuatro pesetas". 

Pisos en zonas costeras se convierten en uno de los objetivos de las redes de timadores en internet, que ofertan en páginas web totalmente legales alquileres por semanas o quincenas a precios de hasta un 50 por ciento más baratos de lo habitual para llamar la atención del internauta. 

A simple click de ratón, la oferta falsa de un piso a pie de playa no levanta ninguna sospecha salvo el llamativo precio. Los timadores cuelgan fotos de otros apartamentos que sí se alquilan en otras páginas con la diferencia, explica De la Cruz, de que el supuesto propietario evita el contacto telefónico con el inquilino. 

"Normalmente la excusa para no tener contacto con él es que está de viaje. La comunicación y la transacción económica solo se hace por internet", advierte el comandante de la Guardia Civil. 

Tras pedir una señal a través de empresas de envíos de dinero o por transferencia bancaria en la que un tercero pone su nombre con el objetivo de dificultar el rastreo de la estafa, los timadores prometen el envío de llaves, circunstancia que nunca ocurre. 

El internauta ha mordido el anzuelo y se queda con las maletas en casa. El negocio que parecía redondo para disfrutar de unas vacaciones baratas termina chafando el verano a toda una familia, especialmente a las que no disponen de muchos recursos y se lanzan a estas gangas. 

"La crisis hace que la gente busque cosas más económicas, pero el dicho popular de que no regalan duros a pesetas es de aplicación para estos casos", alerta el agente, que subraya que detrás de estos timos hay pequeñas redes organizadas y con cometidos "perfectamente delimitados". 

Mientras uno se dedica a piratear la oferta y las fotos del apartamento de alguien, otros se encargan de mantener la comunicación por correo electrónico con la víctima, algunos de gestionar las transferencias y los últimos de dar salida al dinero, relata De la Cruz. 

Y a todo esto, el dueño legítimo del piso permanece totalmente ajeno a la estafa y no se llega a percatar de que su inmueble está siendo ofertado por otros. 

¿Cómo no picar? No cabe duda que las falsas ofertas resultan tentadoras. Una semana en un apartamento que ronda los 700 euros de media es ofrecido a 500, de lo que, en la mayoría de los casos, se pide un adelanto de 200 o 300 euros. 

Precisamente desconfiar del chollo es el primer consejo de la Guardia Civil, que recomienda al internauta hacer un pequeño estudio sobre los precios reales del mercado. 

También, aconseja De la Cruz, es importante que la oferta en internet siempre incluya algún teléfono que permita al futuro inquilino contactar con el propietario porque en la red "todo es manipulable". 

"Hoy en día es muy sencillo montar una web que estéticamente dé apariencia de fiabilidad para ofrecer paquetes de verano a cualquier sitio", dice el comandante, que reitera que, al igual que con los pisos, una vez pagada la señal "ni billetes de avión y ni reserva de hotel ni nada de nada". 

Una vez más el consejo también es el mismo: gangas, las justas y, siempre antes de contratar, convertirse en "pequeños investigadores" por la red para descubrir si esa trampa frustró el veraneo de algún otro cazador de falsos chollos.

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