Toros

Sin novedad en la despedida de El Fundi de Sevilla

  • El diestro madrileño, alentado cariñosamente por el público de la Maestranza, da la única vuelta al ruedo · Morante de la Puebla, desaparecido, es pitado · Sebastián Castella, correcto, silenciado

Después de la tarde histórica que cuajó Manzanares el viernes, el festejo del sábado resultó insulso y pesó como una losa. Lo más reseñable: el adiós de El Fundi de la afición sevillana en la temporada de su retirada. El madrileño dio la única vuelta al ruedo en su toro postrero en la Maestranza, tras una labor muy larga y desigual, en la que la banda de música fue abroncada cuando acompañó la faena y el de Fuenlabrada la mandó callar.

El Fundi tuvo enfrente un buen toro, con mucha cuerda, con el que se lució en el capote en un par de verónicas y en una bella media. El torero continuó manejando la capa con buenos lances y fue muy ovacionado en un sabroso galleo con el que llevó con mimo al cornúpeta al caballo. En su quite, Morante cuajó lo más bello del espectáculo: un manojillo de tres verónicas, tras las que esperó al toro para una media de capricho. El Fundi comenzó una tanda muy buena. En la extensa labor prevalecieron los muletazos aislados sobre la ligazón. Dio una vuelta al ruedo tras petición minoritaria. En el que abrió plaza, un astado flojo, que reponía por el pitón derecho y embestía bien por el izquierdo, El Fundi consiguió brillar en una tanda por cada pitón en una labor aseada.

Morante, a excepción de ese momento espléndido con la capa, estuvo prácticamente desaparecido en su lote. Desconocemos qué hubiera dado de si en su juego el segundo astado, Bondadoso, ante el que se inhibió; porque para bondadoso, Morante, que se negó a pelear, a lidiar a un animal que para la mayoría del público -a tenor de la bronca al espada- tenía muchas posibilidades para el lucimiento. Le recetaron hasta tres puyazos -algo inhabitual en estos tiempos. Aun así, el torero sevillano no llegó a confiarse lo más mínimo. El quinto no se entregó en los primeros tercios. Morante guardó un profundo respeto a Emperador, por si las moscas. En cualquier caso, este negro salpicado, largo como un tranvía, manseó y llegó a la muleta sin clase alguna. El diestro, en las rayas, dibujó algunos muletazos de gran calidad con la diestra y ahí acabó todo.

Sebastián Castella, con un lote manso, no llegó a calar pese a su entrega. Ante el tercero, con movilidad, pero sin humillar, El Fundi se lució en su correspondiente quite por chicuelinas y con una media, así como en un remate con una tejadilla. Javier Ambel, de la cuadrilla de Castella se dejó ver mucho en un par, del que salió enganchado; afortunadamente sin más consecuencias que una voltereta. El diestro francés realizó un trasteo que inició con firmes estatuarios y que fue a menos, con los mejores pasajes con la diestra. Ante el que cerró plaza, el castaño Osado, que por audacia tenía una gran movilidad, aunque sin clase, el torero galo expuso mucho y estuvo correcto, en un trasteo que tampoco llegó a romper y en el que aguantó alguna colada de infarto.

Después del maravilloso espectáculo del día anterior, se puede afirmar que apenas sucedieron cosas relevantes o lo que es lo mismo: sin novedad en la despedida de El Fundi de Sevilla.

Ficha del festejo:

Décimo festejo del abono de La Maestranza

GANADERÍA: Corrida de Garcigrande-Torreherberos, de presentación y juego desigual.

TOREROS: José Pedro Prados ‘El Fundi’, de azul y oro. Estocada (saludos tras ovación). En el cuarto, pinchazo y estocada (vuelta tras petición mayoritaria). José Antonio ‘Morante de la Puebla’, de amarillo y azabache. Estocada corta (pitos). En el quinto, media y un descabello (silencio). Sebastián Castella, de azul marino y oro. Entera (silencio). En el sexto, media y descabello (silencio).

Incidencias: Plaza de toros de la Real Maestranza de Sevilla. Sábado 21 de abril de 2012. Lleno.

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