Crítica de Ópera

¿García vuelve para quedarse?

Un avvertimento ai gelosiHHHHH

Ópera de cámara con libreto de Giuseppe Maria Foppa y música de Manuel García. Intérpretes:Berna Perles, Marifé Nogales, David Menéndez, Borja Quiza, Gustavo Peña y José M. Guinot. Piano y dirección musical: Rubén Fernández Aguirre. Lugar: Teatro de la Maestranza. Fecha: Domingo, 27 de noviembre. Aforo: 600 personas.

Ante todo y para ser justos hay que comenzar felicitando al Teatro de la Maestranza por haber vuelto a confiar en la música de Manuel García para su temporada lírica. Ningún teatro del mundo tiene más argumentos para ello y el Maestranza está llamando a liderar la recuperación final y definitiva de este heterodoxo sevillano que tan gratas sorpresas nos viene dando una vez se consigue hacer sonar su música. Conociendo cómo es Sevilla para salirse del canon oficial de su historia cultural e incorporar nuevas dimensiones y figuras, conseguir reunir a seiscientas personas (más, por cierto, que en la representación del Auditorio Nacional de Madrid del pasado día 18) para escuchar en una tarde domingo una ópera desconocida de un tal García es todo un logro del que deben sentirse orgullosos artistas y programadores.

Nada de ello hubiese sido posible sin la firme apuesta de los músicos por montar un título que pocas veces volverán a cantar. Y un título nada fácil, sino todo lo contrario dadas sus exigencias técnicas de todo tipo. Fernández Aguirre ha vuelto a la vida esta partitura inyectándole frescura en el fraseo (imaginativos recitativos) y brillantez en la articulación, además de marcar un ritmo vivo y cerrar momentos tan brillantes como el sexteto final. Perles desplegó una sensible y bien sostenida línea de canto y solventó discretamente sus complejas coloraturas. Menéndez y Quiza fueron dos estupendos caricatos, de amplios medios (más rotundo Menéndez) y gran fuerza cómica. Brillante y con metal Peña, ágil y con brillo Guinot y puro terciopelo Nogales.

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