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Cultura

La restauración del órgano de Santa Inés enfrenta al convento con la Junta

  • Cultura da 10 días a las religiosas para que expliquen por qué intervinieron sin permiso un BIC antes de abrir un expediente sancionador

Imagen parcial del órgano tras la restauración.

Imagen parcial del órgano tras la restauración. / Efe

El 11 de enero de este año la Fundación Alqvimia Musicae, que para entonces tenía poco más de un año de vida, pues el próximo mes de diciembre cumplirá su segundo aniversario, inició un proyecto para restaurar el órgano del convento de Santa Inés que inspiró a Gustavo Adolfo Bécquer su leyenda Maese Pérez el organista. Ante su grave deterioro, la priora de esta comunidad de monjas de clausura, sor Rebeca Cervantes, autorizó al frente de los trabajos al músico Abraham Martínez, fundador de Alqvimia. El órgano de Santa Inés se desmontó y se desplazó el mismo 11 de enero al taller de restauración de Jorge Anillo en Alcalá del Río (Sevilla). Alqvimia anunció a los medios que se haría cargo del 75% del importe total de la intervención y que ésta "quedaría a cargo de un equipo de especialistas bajo la dirección de Abraham Martínez, que había trabajado para la diócesis de Sevilla y la Catedral de Jerez así como en la restauración en 2011 del órgano de la parroquia de Alcalá del Río".

Sin embargo, diez meses después, la delegación territorial de Cultura, Turismo y Deporte de la Junta de Andalucía ha iniciado los trámites para sancionar a los titulares de la propiedad conventual "por tratarse el órgano del coro bajo de la iglesia del convento de Santa Inés de un bien de interés cultural". Argumentando que este órgano es "un bien mueble contenido en un inmueble declarado bien de interés cultural y parte indudable de la historia del mismo", y "en cumplimiento de la Ley de Patrimonio Histórico de Andalucía", la delegación que dirige José Manuel Girela ha tramitado el inicio del expediente sancionador, a partir del cual arrancará el trámite administrativo.

La apertura de un procedimiento sancionador de este tipo propone inicialmente una multa de 20.000 euros por el traslado el órgano al taller de restauración de Jorge Anillo y de 150.000 por llevar a cabo la restauración integral del órgano y de todos sus elementos sonoros y mecánicos sin la autorización previa. "Los interesados tienen ahora un plazo de 10 días desde el siguiente a la recepción del acuerdo de incoación para aportar cuantas alegaciones, documentos o informaciones estime convenientes, y en su caso proponer pruebas, concretando los medios de que pretendan valerse", explicaron ayer fuentes de la delegación territorial de Cultura, Turismo y Deporte de la Junta.

La apertura de dicho expediente se produce a partir de la visita que el pasado 17 de octubre realizaron los técnicos de la delegación al convento de Santa Inés, donde constataron, como ya se había publicado en los medios de comunicación, que el órgano de estilo barroco de la escuela sevillana no se encontraba en su ubicación habitual. Solicitaron información y la Fundación Alqvimia Musicae les respondió "que había llevado el órgano a restaurar a un taller de Alcalá del Río". La delegación territorial recalcó ayer que "no se habían solicitado los permisos permitentes".

En su artículo 45.1 la Ley de Patrimonio Histórico de Andalucía establece que "las personas propietarias, titulares de derechos o simples poseedoras de bienes inscritos en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, además de las obligaciones establecidas en otros preceptos, deberán, antes de efectuar cualquier cambio de ubicación de dichos bienes, notificarlo a la Consejería competente en materia de patrimonio histórico". Sólo se exceptúa de esta obligación el cambio de ubicación dentro del mismo inmueble en el que esté el bien. Asimismo, el artículo 45.1 establece que "los bienes muebles inscritos en el Catálogo General del Patrimonio Histórico como Bien de Interés Cultural no podrán ser sometidos a tratamiento alguno sin autorización expresa de la Consejería competente en materia de patrimonio histórico".

Así las cosas, la pelota está ahora en el tejado del convento, justamente una de las zonas más perjudicadas del inmueble, en cuyas cubiertas y compás de entrada tuvo que intervenir de urgencia la propia comunidad el pasado mes de junio porque, pese a tratarse de un BIC, hay muchas zonas del edificio amenazadas de ruina desde hace años sin que la Junta haya intervenido al respecto. Asumió esas obras la Fundación Alqvimia Musicae, esta vez con la autorización de la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento y del Arzobispado.

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