La batalla
Justicia para el mejor
Tener 4 ó 5 jugadores de 3,5 millones al año está bien si el que marca la diferencia está valorado
Como el verde al final pone a todos en su sitio, tampoco hay por qué alterarse y que fuera titular era cuestión de tiempo. Ni N'Zonzi ni gaitas, el mejor futbolista del Sevilla la temporada pasada, el que le salvó los muebles a Sampaoli con goles en los últimos minutos y magistrales ejecuciones de jugadas a balón parado -como el que se remató Sergio Ramos en su portería-, el que firmó más de 10 asistencias jugando hasta de portero atiende al nombre de Pablo Sarabia. El francés, con todo lo que brilló en el primer tramo de temporada, se vino abajo en cuanto los rivales empezaron a ver que al gigante había que presionarlo para que el Sevilla no jugara al amateurismo de Lillo y Sampaoli.
Pero este chico que vistiendo la camiseta del Real Madrid en su día fue catalogado como el mejor juvenil de España, este chico que llegó a Nervión no se sabe por qué favor que le debía Ángel Torres a Monchi por la mitad de lo que se paga por un juvenil o lo que se desvía en una comisión, 360.000 euros, es al que hay que mimar, el jugador por el que hay que ir a la caja para darle lo que por justicia merece y que pueda entrar sin pedir favores a nadie por las puertas de un vestuario en el que más de cuatro y de cinco futbolistas que fueron algo pero que hoy no le aguantan una carrera tienen una ficha de más 3,5 millones de euros.
Porque si no después pasa lo que pasa, que las prisas llegan cuando alguien de fuera lo ha valorado más que tú y entonces ya es ir a remolque. Porque, además, como siga firmando goles como el del sábado, Lopetegui, con quien ganó títulos en la sub-19 y la sub-21, ya mismo lo está llamando.
Si el Sevilla quiere mantener el modelo de éxito de los últimos años debe hacer de futbolistas como Sarabia a su Messi, que juega siempre, pero siempre, junto a diez más. El verano de los fichajes populistas quedó muy bonito, pero la competición es la que manda y los mejores son los mejores. Con que ya van tarde, pero muy tarde.
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