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El 50% de los ayuntamientos pagan sus facturas con retraso

  • Una veintena triplica incluso el tope de 30 días desde que se verifica la factura Lantejuela y Peñaflor son los que pagan antes

La mitad de los municipios sevillanos sobrepasaron en septiembre los 30 días naturales de plazo fijados en la Ley de Morosidad desde 2013 como tope para que las administraciones paguen a sus proveedores una vez que los técnicos han verificado que las facturas son reales, algo para lo que tienen otro mes desde que se presentan. Según los últimos datos que ha publicado el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas, de esos 42 consistorios peores pagadores, de 84 que han remitido sus datos en tiempo y forma, destacan una veintena, en los que la espera de los empresarios fue el triple de lo previsto, lo que implica que, de alguna forma, han ayudado a financiar el Consistorio en ese tiempo. Entre ellos están El Coronil, Lebrija y La Algaba, cuyos proveedores tardaron en cobrar, de media, más de 200 días desde que se verificaron sus facturas; seguidos de cerca por los ayuntamientos de Los Palacios y Villafranca, Guadalcanal o Palomares del Río, con más 180 días de espera de media. En la fórmula que fijó el Ministerio de Hacienda por Real Decreto, en 2014, para calcular este indicador del periodo medio de pago a proveedores, se incluyen también sociedades y otros entes autónomos de los ayuntamientos.

Entre los municipios que también sobrepasaron esos 30 días se encuentra el de la propia ciudad de Sevilla, aunque por muy poco, apenas ocho días -el periodo medio de pago a proveedores se quedó en septiembre en 37,96 días-, como también ocurrió en otros grandes núcleos, como Mairena del Aljarafe (39,37); Camas (34,24) y San Juan de Aznalfache (30,52), en los que el incumplimiento puede ser un hecho más puntual y fácil de corregir. Tal y como se ha previsto en la Ley de Estabilidad Presupuestaria, el periodo medio de pago a proveedores es uno de los indicadores para determinar si hay o no estabilidad presupuestaria. Dos meses consecutivos sin ella obligan a elaborar un plan económico-financiero, con las medidas -recortes- que se van a tomar para reconducir esta situación y pagar en tiempo y forma. El Ministerio da un tiempo. Pero si la situación persiste, el Ayuntamiento se verá limitado en otros aspectos de su funcionamiento: para acceder a operaciones de crédito o avalar a otros entes, por ejemplo, necesitará ya el visto bueno del Estado o puede quedarse sin subvenciones y ayudas. Llegado el caso, el Estado podría retener incluso lo que le toca de la PIE (Participación de los Ingresos del Estado) para pagar directamente a los proveedores.

En el lado contrario de esa balanza, se situaron en septiembre 17 ayuntamientos sevillanos en los que ese plazo de 30 días ni siquiera comenzó a correr: pagaron su deuda comercial incluso antes de los 30 días que les da la ley para verificar las facturas. Es decir, hicieron más rápido ese proceso de confirmación de que la obra o el producto suministrado se corresponde con el gasto y pagaron casi inmediatamente. Entre los mejor pagadores y por este orden se situaron Lantejuela -que apenas necesitó cinco días, de media, para dar el visto bueno a las facturas y abonarlas-; Peñaflor -que lo hace todo en 18 días-; y Villamanrique -en 16-; seguidos de Constantina, El Madroño, Aznalcázar, Castilleja del Campo, Benacazón, Fuentes, El Garrobo, Salteras, Castilleja de la Cuesta, El Rubio, Bormujos, Badolatosa, Alcolea del Río o Marchena. En otros, como El Cuervo, Lora del Río, Aguadulce, Espartinas, La Rinconada, El Pedroso, La Campana, La Puebla del Río o Villanueva de San Juan, la espera no llegó a los diez días, dentro del plazo legal y una vez pasados esos 30 que tienen para verificar. Dos Hermanas pagó también en 15 días, con la mitad de tiempo que tenía para hacerlo.

Estos datos se vienen haciendo públicos a través de la web del Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas desde el año 2014 y, con ellos, el departamento que dirige Cristóbal Montoro pretende que no se vuelva a reproducir la situación que se dio hasta el año 2012 y antes de los primeros planes de pago a proveedores, cuando había facturas que se dejaban durante años en los cajones de determinados consistorios, que llegaron a poner al borde del cierre a muchas pequeñas y medianas empresas. Ese plan -cuestionado porque se hizo a través de los bancos y con altos intereses, que luego se revisaron, cuando había otras posibilidades- logró que los ayuntamientos se pusieran al día en ese sentido. En Sevilla, entre los que acumulaban más deuda con proveedores estaba Los Palacios, que tuvo que firmar créditos por 21 millones de euros, el doble de lo que hasta entonces adeudaba a los bancos.

Diputaciones

Por otro lado, la Diputación de Sevilla se situó en ese mes de septiembre entre las mejores pagadoras de Andalucía, porque apenas necesitó un día, a partir de los 30 que tiene de plazo para confirmar las facturas, para hacerlo. En concreto, la media estuvo en 0,28, que sólo superó Córdoba, que no agotó ni siquiera esos 30 días de plazo para verificar facturas y pagó con siete días de antelación. En octubre, el periodo medio de pago a proveedores de la Diputación de Sevilla fue menor incluso, sin que se agotaran esos 30 días que hay para verificar facturas. En concreto, éstas se abonaron casi un día y medio antes. El dato ha pasado ya por el Pleno, aunque no se ha publicado en la web del Ministerio de Hacienda.

En cuanto al resto de diputaciones andaluzas, en septiembre sólo sobrepasó el tope de un mes que prevé la Ley de Morosidad la de Cádiz (que necesitó casi 51 días de media para pagar a sus proveedores), seguida de la Diputación de Granada (29,29 días, ya dentro del plazo); Huelva (17,81); Málaga (15,30) y Almería (5,4).

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