Sevilla FC

Banega, sine díe; la hora de los subalternos

  • Roque Mesa o Pizarro, candidatos a suplir al líder del juego; Montella debe dar paso a los suplentes

N'Zonzi sonríe mientras Carriço, Layún y Pizarro realizan ejercicios en la sesión de ayer.

N'Zonzi sonríe mientras Carriço, Layún y Pizarro realizan ejercicios en la sesión de ayer. / víctor rodríguez

éver Banega es el nuevo motivo de inquietud de Vincenzo Montella. El medio centro, verdadero líder de la faceta creativa del Sevilla, se ha lesionado. Su cargadísima musculatura ha dicho basta después de jugar 24 partidos seguidos con el Sevilla entre Liga (lleva 14 seguidos), Copa y Liga de Campeones. La última vez que descansó en la Liga fue el 14 de octubre, en Bilbao. Y en la Copa se libró de viajar a Cartagena el 24 de octubre. Pero su carga de partidos es tremenda y se ha lastimado el bíceps femoral izquierdo.

El club informa de una "lesión" tras las pruebas de imagen que le hicieron ayer tras las molestias en la zona. Pero no aclara si es simple elongación o una pequeña rotura. Está descartado ante el Girona (cita para la que estaba sancionado) y Las Palmas y de su evolución dependerá si juega ante el Manchester United, el 21 de febrero.

Con el bíceps femoral lastimado, el medio centro no llegará tampoco a Las Palmas

No aclara mucho más la información que ha ofrecido el parte médico del Sevilla, más allá de que su regreso dependerá de la evolución de esa lesión. Ahora Montella debe buscarle un sustituto al hombre que lleva la manija del juego. En Ipurua le dio descanso, aunque lo sacó en la segunda mitad para intentar remontar el partido. En su lugar jugó Roque Mesa, pero éste no le cogió el sitio al dibujo del Sevilla ni al rival, en un partido con mucho fútbol directo que pasó directamente por encima del menudo medio centro canario. Estaba recién llegado y quizá fue muy precipitada su alineación.

Si Montella no opta por el canario, la otra posibilidad es ubicar ahí a Pizarro, visto que con Geis no cuenta apenas. El argentino tampoco es muy del agrado del técnico italiano, que dio el plácet a su traspaso frustrado al Tigres, que no se produjo por desacuerdo en la forma de pago.

Sea como fuere, el entrenador del Sevilla, con el equipo ya más liberado gracias a su clasificación a la final de la Copa, debe ir dándoles sitio a otros subalternos, a suplentes que no están entrando en ese once base sagrado que se sabe de carrerilla ya cualquier aficionado. Y no sólo los refuerzos, también jugadores que ya estaban en la plantilla. Es el siguiente reto del napolitano.

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