Berizzo lo ve por la tele

Está en la cabeza de los jugadores, y debe ser un acicate más y no una presión añadida. Eduardo Berizzo se encuentra bien tras la operación a la que fue sometido el martes pasado. Está convalenciente y dolorido, pero eso no le impedirá ver el partido por la tele. El partido del Sevilla, claro, de ese equipo que en casa se está mostrando (casi) intratable, aunque hay que recordar los sustos de Basaksehir y Liverpool y la frustración del Espanyol como avisos de que no siempre el anfitrión gana, por mucho que lleve más de un año invicto. Recibe en este caso el dueño del fortín al Deportivo, un equipo que llega con la vitola de víctima propiciatoria porque Cristóbal no ha sabido enderezar el irregular rumbo que llevaba con Mel.

Hay como una especie de viento a favor que emana del optimismo que existe en el entorno del primer equipo por la buena evolución del paciente operado. En la clínica del Sagrado Corazón incluso se reiría, si se lo permitían las heridas del vientre bajo, Berizzo ante el bueno humor y la ironía que desparramó Ernesto Marcucci en su comparecencia ante los periodistas. El segundo entrenador del Sevilla irradiaba un magnífico humor y de éste también era partícipe la plantilla, aliviada por las buenas noticias hospitalarias. Los jugadores pudieron ver de cerca a Berizzo el jueves y ese contacto directo también debe espolearlos en su labor futbolística hoy. Pero, cuidado, que una vez que el balón rueda no entiende de sentimentalismos ni emociones positivas.

Ese viento a favor también viene de lo deportivo y del último triunfo a domicilio, ante un gallito como el Villarreal que aspiraba a enseñarle la matrícula al Sevilla. Segundo triunfo consecutivo en Liga, que se une al buen papel copero y al heroico empate con el Liverpool que acercó los octavos de final de la Champions. Y un único lunar en este buen ambiente que reina en el Sevilla en este recién estrenado tiempo de adviento: la situación de N'Zonzi.

Convertido por su reticencia a jugar de 8 en la oveja negra de la plantilla sevillista, el mediocampista francés se queda una vez más fuera de la convocatoria. Seguramente será así hasta que Berizzo vuelva de nuevo al frente del equipo. Fue con él con quien tuvo el rifirrafe y lo lógico es que el arreglo, si es que llega, sea cuando vuelvan a verse las caras, a solas, vis a vis. Es un inconveniente menor ante lo que se juega el Sevilla, seguir enganchado al tren de los cuatro de arriba con escaso margen al traspié.

Lo lógico, tras el receso copero con los suplentes, es que Berizzo, perdón, Marcucci repita con lo que tiene en defensa, a la que volverá Escudero y a la que está a punto de regresar Kjaer, vuelva a disponer esa medular argentina con Pizarro, Banega y Franco Vázquez y apueste por el ataque más fresco que tiene, o sea, Sarabia, Correa y Muriel. Ayer recibió un golpe en el entrenamiento Ben Yedder sin importancia, que no será óbice para que le dispute el puesto de delantero al colombiano pese a que fue el elegido ante el Cartagena. Es una de las dudas del once, quizá la única. La otra puede estar referida al flanco derecho de la zaga. Geis se ha hecho con un puesto de central en ausencia de Kjaer, pero también están Corchia y Mercado. De ellos tres han de salir los dos que ocupen la mitad diestra de la retaguardia sevillista.

Entrente estará un Deportivo apenas espoleado por el pírrico triunfo copero en Las Palmas, donde ya ganó en el debut liguero de Cristóbal, únicos dos triunfos con él al frente en los seis partidos desde que relevó a Mel. Aun así, el técnico cordobés está reestructurando a un equipo que tiene bastante peligro a balón parado... Todo despiste puede pagarse caro. Berizzo, además, lo verá en HD y repetido desde su dolorido retiro hospitalario.