Mal que bien, el Sevilla se está tragando el sapo del adiós de Monchi, aún no anunciado por nadie, en plena recta final de la temporada. El propio director deportivo trata de echar agua a la candela de los rumores, aunque ayer por la tarde fue visto en la terminal de llegadas del aeropuerto de San Pablo, algo molesto con la prensa que lo esperaba allí... El lunes por la mañana sí estaba en el estadio. Qué hizo entre un momento y otro ya es otra cuestión, porque en Roma aseguran que la reunión con el presidente y la cúpula giallorossa se produjo en un hotel de muchas estrellas en Londres, donde James Pallotta y Franco Baldini tienen oficina, y donde Monchi tiene a su hijo estudiando, con lo que es fácil imaginar un encuentro en un lugar casi rutinario para ellos. Lo que molesta en el club es que las informaciones salgan por doquier mientras el equipo se juega tanto... Paralelamente, el club ya busca soluciones a su casi segura despedida.

De un modo o de otro, el adiós de Monchi iba a llegar más tarde o más temprano y, ya que el equipo siempre está metido en frentes de alto nivel competitivo, es difícil saber cuándo es el mejor momento para anunciar su marcha. Lo cierto es que José Castro maneja dos alternativas para que le den relevo a Monchi como cabeza visible de la dirección deportiva. Y que la línea será continuista. No habrá una ruptura radical en forma de fichaje de un director deportivo de renombre. La confianza en el trabajo del departamento que sigue dirigiendo Monchi es enorme y no hay razones para pensar que dejará de funcionar ante la ausencia de su creador.

Otra cosa es la forma en que saldrá Monchi. En el consejo de administración hay distintas opiniones al respecto, desde los que opinan que después de lograr retenerlo un año pese a su voluntad de marcharse ya expresada el 30 de mayo pasado, es hora de premiar al hombre al que casi todos responsabilizan, en última instancia, de la década prodigiosa del Sevilla. Otros, en cambio, son reticentes a darle la carta de libertad, a romper sin más un contrato que firmó, con sus buenos emolumentos, en julio de 2015, con una cláusula de rescisión que el verano pasado ascendía a 5 millones de euros y que a partir del 1 de julio bajará hasta la mitad, es decir, 2,5 millones de euros. En la próxima reunión del consejo se hablará del asunto, y mucho, aunque no está en el orden del día...

Entretanto, desde Italia sigue llegando información en cascada. La Repubblica informaba hasta del vuelo, un EasyJet, en el que aterrizó Monchi el lunes por la tarde en Gatwick, a las 18:45. En Londres, según este rotativo, se vio con el presidente de la Roma, James Pallotta, su brazo derecho Alex Zecca, el consultor externo Franco Baldini -que tiene oficina en Londres, al igual que Pallotta-, el director general Mauro Baldissoni, el director deportivo interino Ricky Massara y la directora comercial Kaitlyn Colligan.

En Roma aún tiene más fuerza la bomba informativa. Walter Sabatini, que dejó en octubre el cargo de director deportivo de la Roma, habló del tema a los alumnos del Departamento de Derecho de la Universidad de Roma Tre. Allí habló del que será su sustituto en el puesto. "No soy polémico, pero debo decir dos o tres cositas. Hoy es una jornada infausta para mí. Casi se ha hecho oficial el nombre del próximo director deportivo de la Roma. Todavía no es oficial, pero es Monchi, un gran profesional. La Roma ha elegido a un hombre extraordinario, que ha generado grandes plusvalías".

No se quedó ahí el predecesor de Monchi -ahora ocupa el cargo Ricky Massara-, sino que se permitió hablar de los giros radicales de la opinión pública con su llegada. "Monchi ha sido presentado como un autor de grandes gestas, lo confirmo y lo suscribo, pero viene presentado como un deux ex machina, como un hombre infalible (...). La Roma ha dado un paso de gigante en estos meses para mejorar el trato con la prensa, que ahora es más generosa. Antes los entrenadores y los dirigentes eran tratados algo peor", se quejó con ironía.