El bendito gen ganador

Importante triunfo del Sevilla cuando ni el más acérrimo de su seguidores ya daba ni siquiera un euro por la posibilidad de sacar algo positivo en su visita a Riazor. Pero este equipo, al que Sampaoli le afea muchas veces vicios de su pasado triunfal, tiene una cualidad heredada de ese periplo que es fundamental en el fútbol. Se trata del gen ganador, de interpretar esa frase del himno nervionense que impone el "dicen que nunca se rinde". El canario Vitolo, reservado por su entrenador durante el primer tiempo para que llegue fresco al partido de la Liga de Campeones contra la Juventus, se encargó de protagonizar en primera persona la espectacular remontada. Suyo fue el empate y no pocas internadas por la banda izquierda para desordenar a un Deportivo que se había sentido tremendamente cómodo con el juego de toque que proponían Ganso y compañía, cabe suponer que con la anuencia de todo el cuerpo técnico sevillista.

Bastaron, por tanto, diez minutos de locura, de saltarse el guión, de no tocar por tocar y sí buscar hacerle daño al adversario. El fútbol es tan sencillo como eso y muchas veces los profetas del toque se empeñan en complicarlo en demasía. El Sevilla soltó amarras con la entrada de Ben Yedder por Sarabia, ordenada para ser justos también por el propio Sampaoli, y ahí sí fue capaz de hacerle daño a un Deportivo que demostró su temblor con el ingreso de Arribas por Juanfran. Ese movimiento de Garitano fue agradecido por los visitantes para percutir por la banda izquierda como si allí no hubiera ningún defensa siquiera y el resultado fue la remontada final.

Es verdad que ya parecía imposible, sobre todo después de que ni Ben Yedder, tras driblar incluso a Tyton, ni Vietto, al no llegar debajo de los palos a un pase de Franco Vázquez en la misma acción, acertasen, pero el Sevilla había activado ya el piloto de sus espectaculares reacciones finales y estaba claro que estaba cercando a un rival incapaz de detenerlo. El tanto del empate de Vitolo llegó precisamente en ese tirón de furia, pero lo más importante es que los nervionenses demostraron una ambición que también tiene mucho que ver con su entrenador. Nada de conformarse con el empate y de esperar a que Mateu Lahoz decretara el final, Vitolo seguía sacando con celeridad para ir a por el triunfo, N'Zonzi ya tuvo una oportunidad dentro del área pequeña en la que no pudo rematar por la oposición de un defensa, mas daba igual, los tres puntos estaban cada vez más cerca. Y la estocada definitiva llegó en esa fase de acoso.

Minuto 92, el Sevilla acababa de empatar como aquel que dice y el lanzamiento de un saque de esquina es rematado por uno de sus centrales para que lo remachara el otro compañero de zaga. Pareja, primero, y Mercado, después, se encargaron de ponerle nombre a la victoria, lo que evidencia que los visitantes siguieron buscando el triunfo hasta el final mientras Tyton, Borges y otros deportivistas hacían gestos a sus compañeros para impedir que ese desenlace llegara a producirse. No fue así y el triunfo viajó en el chárter de vuelta de la tropa de Sampaoli.

A partir de ahí se puede analizar si ese 2-3 que registró el marcador de Riazor, precisamente el mismo que en el anterior triunfo sevillista fuera, fue justo o no. Punto uno, es el resultado que registró en el acta Mateu Lahoz y, por tanto, los resultadistas como el que suscribe esta crónica no tienen nada que objetarle. El partido dura desde el minuto uno, cuando marcó Babel el 1-0, hasta el 94 en esta ocasión y en ese intervalo de tiempo los goles anotados por el Sevilla fueron tres y los del Deportivo dos.

Es verdad que el cuadro gallego aprovechó las facilidades dadas por la alineación de Sampaoli, que dejó fuera del equipo inicial a varias de sus piezas importantes para darle otra oportunidad a Ganso, Kranevitter y Sarabia, entre otros. Aparte de Nasri, en Sevilla, también se quedaron fuera Vitolo, Franco Vázquez y Rami, por citar a algunos intocables. Y los sevillistas salieron en pleno letargo invernal. Resbalón de Ganso, descoordinación defensiva y gol de Babel. Después llegaría el fútbol de los mil toques y cero profundidad hasta que Andone castigó de nuevo ese estilo balompédico.

Suerte para el Sevilla que N'Zonzi demostró su calidad justo antes del descanso, pues de lo contrario aquello ya hubiera ido al intermedio visto para sentencia. Después saldría Vitolo por Carriço y el cuadro visitante se mostraría más profundo en el arranque del segundo acto. Eso sí, sin ocasiones y como si fuera una bebida gaseosa, ya que pronto volvió al toque sin sentido. Hasta que salieron Franco Vázquez y Ben Yedder para meterle algo de guindilla al juego. Tocar y tocar es bonito para el espectador neutral, pero se trata de meter la pelotita entre los palos y ahí están los diez minutos finales para quienes aún no crean que es así.

Tyton H

Juanfran HH

Arribas 79' l

Albentosa H

Sidnei HH

Luisinho H

Mosquera HH

Guilherme H

Borges 62' H

Bruno Gama H

Babel HH

Çolak HH

Andone HH

Marlos M. 87' s.c.

Sergio Rico H

Mercado HH

Pareja HH

Carriço l

Vitolo 46' HHH

Mariano H

Kranevitter HH

N'Zonzi HH

Escudero H

Sarabia H

Ben Yedder 75' HH

Ganso H

F. Vázquez 70' HH

Vietto H

Mateu Lahoz l (valenciano). Tan desconcertante como siempre para los dos equipos. Nunca se sabe qué criterio va a emplear. Le reclamaron sendos penaltis a Andone y Vitolo.

Amarillas Tyton (57'), Pareja (76'), Vietto (83'), Arribas (84') y Babel (94').

1-0 (1') Babel cabecea picado en una jugada que nace en una pérdida de Ganso por un resbalón. 2-0 (42') Andone se interna ante la pasividad de Pareja, Kranevitter y Carriço y marca. 2-1 (44') N'Zonzi controla en el área un pase atrás de Escudero y lanza un zurdazo cruzado. 2-2 (87') Vitolo remata con la derecha en solitario un balón que le llega rebotado. 2-3 (92') Mercado remacha con la derecha un rechazo de Tyton en un remate de Pareja a la salida de un córner.

29' Sarabia falla un gol tras un pase espectacular de Ganso. 41' Cabezazo solo de N'Zonzi. 86' Doble ocasión clarísima de Ben Yedder y Vietto.

Partido de la duodécima jornada de la Liga Santander disputado en Riazor ante 21.096 espectadores.