El lastre de la fragilidad

Muchas veces la mezcla de veteranía y juventud no da sus frutos, sobre todo si hay más veteranos que jóvenes y el reparto de roles no está claro y produce desavenencias. En el Deportivo de la Coruña las hay, como demuestra el rifirrafe, nada extraordinario por otro lado, que tuvieron el lunes Andone y Arribas, que no viajaron a Las Palmas como castigo. "Intentamos que las chispas no se conviertan en incendio", dijo ilustrativamente Cristóbal Parralo para explicar sus ausencias. El relevo de Pepe Mel en el banquillo aún no ha dado con la tecla para frenar la sangría de goles en contra que está condenando al Deportivo a la desagradable lucha de abajo.

Cristóbal, ex futbolista de Barcelona y Espanyol, en el que llegó a ser director deportivo, arribó al Fabril el curso pasado procedente del Damm, un equipo de fútbol base del que llegó este verano Edu Expósito, un medio de cierre al que ya ha probado para intentar reordenar su medular. El medio catalán de 21 años y el joven Fede Valverde fueron los encargados de llevar el peso del equipo ante el Athletic en la última jornada. El uruguayo de 19 años, que empezó por delante en un dibujo de 4-1-4-1, gustó cuando se retrasó para recuperar el más clásico 4-2-3-1 con el que se ha desarrollado el equipo blanquiazul tanto con Mel como con Cristóbal. Ahí puede estar la solución, aunque el Athletic hizo los goles por el centro, tras un par de paredes que dejaron en evidencia a la pareja de centrales (Schär, Sidnei, Albentosa...), otro caballo de batalla del cordobés.

Cristóbal relevó a Mel el 24 de octubre, tras la quinta derrota en nueve jornadas (Deportivo-Girona, 1-2) y lo primero que hizo fue ser goleado ante Las Palmas en la Copa (1-4). El Deportivo, frente a esa sangría en contra, es el segundo equipo más goleador de la mitad baja de la tabla (17-25 es su balance tras tres victorias, tres empates y siete derrotas). Y eso que los regresos de Lucas Pérez y Adrián López no están teniendo el efecto buscado en los dos veteranos y trotamundos delanteros. Cuatro tantos lleva el primero y dos el segundo, como Andone.

Sin balón

Cristóbal intentó dar continuidad al doble pivote ocupado por Guilherme y Celso Borges. Mosquera ha perdido el protagonismo de otros años y Fede Valverde, con Mel, jugaba por delante. Pero, con unos laterales de vocación ofensiva (Juanfran y Luisinho, hoy ausente), no cerró el agujero. Hoy regresa Guilherme para dar solidez al eje. El Deportivo ha tenido groseros fallos en las marcas y ha encajado goles evitables. Uno de sus partidos más serios en defensa lo perdió por un obús postrero del atlético Thomas (0-1).

Con balón

Valverde le da verticalidad al juego, Fede Cartabia tiene desequilibrio en la derecha y Adrián está apareciendo, guadianesco pero efectivo, en la mediapunta. El ala izquierda no tiene un dueño fijo. Lucas Pérez, en cambio, está aportando más en el juego de estrategia que en el juego dinámico.

Lo mejor

La búsqueda de energía fresca y el peligro a balón parado.

Lo peor

La excesiva debilidad defensiva.

El perfil

Fede Valverde, el talento en el mediocampo. En la primavera de 2015 eclosionó Federico Santiago Valverde Dipetta (Montevideo, 22-07-1998). Con 16 años aún, despuntó en el Mundial sub 17, firmó por el Real Madrid y dio el salto al primer equipo de Peñarol, donde permanecería una campaña. "Nunca vi a un jugador con 16 años con tantas virtudes, me parece un jugador de fútbol excepcional", dijo entonces Pablo Bengoechea, técnico aurinegro con el que ganó aquella liga 15-16. Luego llegó el salto a Europa. Primero a Segunda B con el Castilla. Y ahora en el Deportivo, cedido ya en Primera División con 19 añitos. Mediocampista todoterreno, lo suyo es la organización en la posición de 6 o de 8. Ahí lo ha retrasado Cristóbal después de que Mel lo ubicara como 10 e incluso 11, para que ayudara a la construcción desde la izquierda. A veces arriesga la pelota, pero ve tan bien el fútbol...