Sampaoli se presentó en Lyon sin ningún delantero en el once inicial cuando el sevillismo pide a gritos el fichaje de un refuerzo que eleve la cifra de goles en todas las competiciones y que sea una competencia real para Vietto y Ben Yedder, quienes no han terminado de convencer plenamente o, digamos, no han cubierto de momento el vacío que pudieron dejar artilleros como Bacca o Gameiro.

Así, pese a que Sampaoli y su cuerpo técnico, como buenos guardiolistas, no son muy amigos de los delanteros puros, el Sevilla se ha decantado por incorporar a un nueve en el mercado de invierno, algo que quedó en el aire cuando se produjo la lesión de Carlos Fernández y tras la que finalmente el club prefirió esperar para que el elegido fuese algo más que un goleador para el filial (que ya fichó a Marc Gual) que potencialmente pudiese ayudar al primer equipo.

Pero, lógicamente, el hecho que se produjo el miércoles en Lyon varía de alguna manera la hoja de ruta, puesto no es lo mismo el delantero que el Sevilla deba incorporar habiéndose clasificado para octavos de final de la Champions que habiendo quedado eliminado.

El consenso con Sampaoli llega en el perfil del futbolista, un delantero de unas características distintas a las de Vietto y Ben Yedder. Un rematador, con cuerpo para aguantar el balón de espaldas, buen cabeceador para aprovechar los centros de Mariano particularmente y con el suficiente dinamismo para entender y finalizar el enorme caudal ofensivo que llega por el centro con Nasri, N'Zonzi, Franco Vázquez o incluso Vitolo. En lo que se refiere al nombre a elegir, la ejecutiva tiene claro que la fórmula será una cesión, la mejor manera de sacar partido al mercado con la posición que actualmente tiene el Sevilla, al que un goleador en propiedad le puede ocasionar un desembolso por encima de los 15 millones.

Así, uno de los preferidos y con el que están abiertas negociaciones es con el madridista Mariano Díaz. El dominicano, un joven rematador de 19 años formado en su última etapa en Valdebebas, ya fue pretendido en verano, una época en la que ni su club, ni sobre todo el jugador, accedieron. Ahora es distinto. El Madrid quiere a toda costa que el futbolista tenga minutos en un buen equipo porque va a marcar goles seguro, pero también por eso quiere elegir bien su destino y no equivocarse. El Espanyol es otro club que ha pedido su cesión y los técnicos merengues no tienen claro que en el Sevilla vaya a jugar lo deseado.

Pese a que no tiene mucho nombre, entra en el modelo de negocio del Sevilla, más si logra meter en la operación una opción de compra asumible, que no tenga nada que ver con la de Vietto (20 millones de euros). El Madrid está negociando esta operación y la cesión de Odegaard al Rennes, pero ni está rematada ni cercana.

No es, desde luego, la única opción que ha manejado la dirección deportiva, que ha estado tanteando otros jugadores de un perfil más alto. El francés Giraud también ha llegado a ser una opción. Se quedó sin sitio en el Arsenal y eso era una opción para el Sevilla, pero empezó a ser alineado por Wenger y anotó un par de goles que hicieron que la historia cambiara. Se habló incluso de que Monchi fue a verlo en directo, pero nada más se supo. También volvió a perder la titularidad por lesión, aunque tiene minutos con asiduidad, como el martes en la Champions, cuando jugó 20 minutos.

Igualmente, desde el cuerpo técnico se puso el nombre de Lucas Pratto (Atlético Mineiro), pero el club prefiere parar en cuanto a la llegada de argentinos y tirar de su base de datos en lo que se refiere a las ligas europeas. Por ejemplo, Teodorczyk (Anderlecht), siempre estuvo muy bien valorado.

De cualquier forma, nada está decidido y habrá que esperar.