Afortunadamente, y tras unos años de un pensamiento general erróneo (puede que para algunos siga siendo lo correcto), el Sevilla ha sabido dar mayor sentido a sus altos porcentajes de posesión con la idea de Berizzo. Con Jorge Sampaoli y, sobre todo, gracias a la labor de Juanma Lillo, el Sevilla elevó sus niveles de posesión de pelota hasta rozar el 70% y superarlo incluso en algunos encuentros. Es verdad que en muchos de ellos se trató de una posesión ficticia, en una zona del campo cuyo valor tiene bastante menos incidencia en el desarrollo del juego pero que, por modas, se ha instaurado como un registro que le da cierto valor a un determinado modelo de juego.

En siete jornadas, el Sevilla actual disfruta de un porcentaje de posesión sensiblemente inferior al de la temporada pasada, en cuya comparación tiene, encima, en la tabla un punto más que en la época de Sampaoli, señal de que su fútbol es más efectivo.

La Liga pasada tuvo un pico máximo de 76,2% ante el Alavés y en ésta su mayor cota fue 62,8

Esto viene al caso con respecto a la idea que en las últimas semanas ha declarado Berizzo como su búsqueda en el juego de su equipo. El argentino ha pedido más profundidad, acelerar más en ataque con los hombres de arriba como responsables de convertir el juego de posesión con más verticalidad.

La pasada temporada, después de siete jornadas disputadas, el Sevilla disfrutraba de una media de 64,44 % de posesión de la pelota, con picos en particular en dos encuentros, uno en el duelo inaugural de la temporada ante el Espanyol, el célebre 6-4, de 73,8% a favor de los de Sampaoli y el 76,2% del Sevilla-Alavés.

En esta tempotrada, el partido en el que más posesión han disfrutado los pupilos de Berizzo ha sido el encuentro ante el Málaga, el último disputado, en el que pese a las dificultades para ganar, el Sevilla acabó el encuentro marcando un 62,8% como porcentaje de posesión, la cota más alta en la presente campaña.

El entrenador argentino ya ha dicho públicamente que no es un obseso de esta circunstancia, sino que busca que su equipo sea más ofensivo en los últimos metros. El Sevilla actual, con 61,4% de media, disfruta de menos posesión que el de la pasada campaña. 62% en el primer partido ante el Espanyol (1-1); 56,6% en Getafe, donde el equipo nervionense no jugó precisamente bien pero ganó (0-1); 59,8% frente al Eibar en casa; 54,9% ante el Girona en otro duelo para olvidar por su fútbol pero anotado como triunfo; 59,2% frente a Las Palmas y, curiosamente, un 61,4% en la comparecencia en el Wanda Metropolitano ante el Atlético de Simeone, donde cayó con justicia y donde puede apreciarse cómo este dato la mayoría de las veces debe ser estudiado bajo otros parámetros que ofrezcan datos más acordes con la fiabilidad de lo que pasa sobre el terreno de juego.

Los niveles de posesión generales se han demostrado que son ficticios y habría que analizarlos por zonas en el campo. Tener una gran posesión en zona de iniciación (defensa y portero) no será lo mismo que tener superioridad y dominio en zona de finalización.