Agricultura y pesca

Atún rojo: morir de éxito

Pedro Ingelmo

En noviembre de 2010 se producen tres hechos en relación con el atún rojo, una especie amenazada por la sobreexplotación de sus capturas debida, entre otras cosas, a la pasión japonesa por el sushi. De estos tres hechos, uno de ellos parece que será trascendente y acaba no siéndolo. En París se reúne, como todos los años, el ICAAT, que es la Comisión Internacional para la Coservación de Atún. Aquí acuden los países pescadores con voto y los ecologistas con voz. Entre medias, los científicos, unos más independientes que otros. Nunca se ponen de acuerdo, pero como al final hay que redactar uno, los países imponen su ley, presionados por sus industrias y sus pescadores. España quiso defender las almadrabas, a las que la reducción de capturas está abocando a su desaparición, con uñas y dientes. Se logra una cuota de capturas de 2.413 toneladas, 600 menos que el año anterior, lo que los negociadores consideran un éxito y el sector almadrabero más ruina. Los almadraberos, a los que todos quieren mucho, incluidos los ecologistas, defienden que sus capturas están controladas y regulan el tránsito de la especie por el Mediterráneo. Recuerdan, además, que pocas veces se vieron tantos atunes en el Estrecho como en la anterior campaña. Entraron en el Mediterráneo, ya que ellos no pudieron cogerlos, ¿pero salieron? ¿Se controla igual a la tradicional almadraba que a la industria de buques de cerco?

En ese punto está el debate sobre una población desconocida, una población de ejemplares flotante, que según unos está al borde de la desaparición y, según otros, goza de una salud magnífica. El ICAAT admite una reducción del 57 por ciento sobre la población original; los ecologistas cifran esa merma en un 80 por ciento. El éxito del atún rojo está a punto de transformarlo en producto de lujo. Los otros dos hechos de noviembre avalan su nuevo estatus. El 5 de noviembre la Guardia Civil detiene a tres hombres a los que ha sorprendido sustrayendo un atún rojo de una granja acuícola de Cartagena. Los tres detenidos van cargando con el atún y no es la primera vez que lo hacen. Tenían compradores que colocaban sus peces robados en un circuito de mercado ilícito. La asociación delictiva era sumamente lucrativa. Si el atún entra dentro del mercado negro, es que su caché no es cualquier cosa. Un par de días después se da a conocer que el fondo de capital riesgo Innotec Desarrollo FCR ha aprobado invertir dos millones de euros en la sociedad Futuna Blue España, el primer centro a nivel nacional para la cría en cautividad del atún rojo . Este fondo está participado a partes iguales por la sociedad Inversión y Gestión de Capital Riesgo de Andalucía (Invercaria) y por el fondo de capital riesgo ‘Banesto Enisa Sepi Desarrollo FCR’. Si el atún entra dentro de los mercados de inversión... Un último hecho: en la primera subasta del año en la lonja Tsukiji, de Tokio, el mayor mercado de pescado del mundo, se cerró la venta de un atún por 32,49 millones de yenes, lo que son 298.000 euros, el mayor precio pagado en diez años. Pero esa riqueza no llega a la almadraba ni a las localidades entre Conil y Zahara que la practican. Los 400 puestos directos que genera la almadraba están en peligro y el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino ha inyectado tres millones de euros para que las almadrabas puedan iniciar la actividad esta temporada. Son los dos polos de una especie cuya cotización se mide en su escasez, enriqueciendo a los ‘tiburones’ y empobreciendo a los ‘peces pequeños’. Es un ejemplo de la cadena trófica de la economía.

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