Sánchez multiplica sus ínfulas de victoria, pero su apuesta real es la ingobernabilidad.

La fórmula ofrecida para que las autonomías pidan el estado de alarma es tramposa y sólo busca repartir las culpas.

Que el curso se inicie de forma presencial es esencial y que sea posible no sólo atañe a la Administración educativa.

Podemos monta una farsa en torno al sistema político para despistar sobre a quién de veras investigan por corrupción.

Si Sánchez defiende la Corona, lo probable es que el Gobierno use los errores del Rey emérito para socavar la Monarquía.

El votante de izquierda busca un Gobierno de veras de izquierda, y el de derecha atisba otra oportunidad.

El PSOE vuelve a agitar a la ultraderecha porque las premisas para repetir elecciones eran erróneas.

Descartar el pacto con el PP significa que Sánchez sólo confía en la única encuesta en la que sube.

La rebelión catalana y la moción de censura, y sus efectos, entre ellos Vox, marcan estos comicios: los más inciertos de la democracia.