La víctima del crimen de Palomares del Río es Jesús R. J., un joven de 18 años que acababa de iniciar la carrera de Turismo en la Universidad de Sevilla. Su sueño era ser policía, y su intención era obtener un título universitario que le facilitara las cosas para luego poder acceder a este trabajo. La noche de Halloween fue apuñalado y apaleado por al menos un menor de edad que se le cruzó en su camino. Su madre lo encontró moribundo en la puerta de su casa. 

"La noche de Halloween íbamos a quedar con él, pero no coincidimos finalmente", explican sus amigos del club de Remo Guadalquivir, al que pertenecía Jesús. Los chicos tenían pensado asistir a la fiesta convocada en un cortijo de Pino Montano, que fue suspendida por el Ayuntamiento de Sevilla por no tener permisos. Jesús ya estaba en Sevilla y se quedó en la ciudad. Decidió volver a Palomares en el último Metro. 

Dolor en la concentración en Palomares del Río.

Regresó andando desde Ciudad Expo a su casa, en la urbanización la Mampela, en cuya puerta fue hallado malherido sobre las tres y media de la madrugada. Jesús deja una profunda huella en sus amigos. "Pensé que era una broma de él cuando no contestaba los mensajes. Lo honraremos siempre. Siempre estará con nosotros".

"Él tenía un profundo sentido de la Justicia, siempre quiso ser policía, y se iba a sacar el título universitario para poder serlo", añaden los jóvenes, que hicieron piña con la víctima en el club de Remo Guadalquivir. Esta institución también emitió a través de sus redes sociales un mensaje de condolencias por la muerte de Jesús. "Eras un chico bueno, responsable, deportista y buen estudiante, siempre con una sonrisa y motivando a tus compañeros... el mejor... así te recordaremos en cada palada".