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Andalucía

Andalucía y Valencia concentran el problema más grave de financiación autonómica

  • El 30% de los ingresos de la Junta proceden del Estado y de las comunidades más ricas

  • Andalucía ha recibido 4.547 millones de euros para los gastos derivados del Covid

Juanma Moreno y Ximo Puig, esta primavera en el Círculo de Economía de Barcelona.

Juanma Moreno y Ximo Puig, esta primavera en el Círculo de Economía de Barcelona. / GAV

Madrid y Cataluña siguen siendo los motores económicos de España. Y a gran distancia de las demás, aunque Madrid ha adelantado con fuerza a Cataluña. La España de las autonomías es, en lo económico, más centralista que la España de la dictadura, la capital es la potencia de un país que reparte entre sus comunidades mucho mejor que algunos Estados federales, pero que concentra en Andalucía y Valencia los problemas de mala financiación. Los presidentes de la Junta de Andalucía y de la Generalitat valenciana, el popular Juanma Moreno y el socialista Ximo Puig, se reunirán en las próximas semanas para hacer un frente común ante el Gobierno central, muy reacio a abordar el cambio de sistema.

La Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) ha publicado esta semana la liquidación del sistema de financiación de las autonomías del año 2019, el último antes de la pandemia, y lo que muestra son las entrañas del reparto de los dineros entre las regiones. Andalucía recibe, y mucho, del Estado y de las comunidades más ricas. El 30,7% de sus ingresos de ese año llegaron de los distintos fondos que componen el sistema. Son algo más de 5.000 millones de euros, que en efecto es una cantidad importante, pero no suficiente porque deja a Andalucía con menos ingresos por habitante que la media española. Justo en el 96%, a cuatro puntos de la media.

Este es el problema que no logró solventar el último modelo, el que pactó José Luis Rodríguez Zapatero con ERC, aunque tampoco ha terminado de beneficiar del todo a Cataluña. Hay comunidades peor financiadas que Andalucía, pero por su peso poblacional constituye el principal reto de una reforma del sistema, junto a Valencia. Los valencianos aún reciben menos fondos que los andaluces, a seis puntos de la media, de ahí que ambos presidentes se hayan conjurado para defender una postura común por encima de sus propios partidos.

El sistema autonómico funciona como una gran hucha, donde se ingresa dinero del Estado y de cada una de las comunidades, a excepción de las forales. Ese dinero se debería repartir en función de la población real de cada comunidad, pero se han considerado ciertas singularidades que distorsionan el criterio. Además hay dos fondos, el de cooperación y el de competitividad, que fueron un invento de los catalanes y buscan, de un lado, compensar a las comunidades más ricas por sus esfuerzos y a las más pobladas por su peso en habitantes, pero que resultan claramente contradictorios.

De todas las comunidades españolas, sólo tres aportan más dinero del que se recauda. Son Madrid, con 6.000 millones de euros; Cataluña, con 2.070 millones, y Baleares, con 462 millones. Aunque Andalucía es la que más recibe en términos absolutos por su población, lo ingresado de fuera supone el 30% de sus ingresos, lejos, por ejemplo de Canarias, que recibe un 109% de lo que recauda. O Extremadura, con una dependencia del sistema del 70%. 

Cataluña es la única comunidad de las ricas, de las tres que aportan, cuya financiación por habitante es algo menor de la media. Muy poco -apenas le faltan tres décimas-, lo que supone un importante avance respecto a décadas pretéritas, cuando daba mucho y se veía obligada a mantener peores servicios por una escasa financiación.

Las reformas del sistema de financiación autonómico parten de una premisa: nadie pierde fondos con el cambio, no hay una redistribución entre las sobrefinanciadas y las peor pagadas, lo que obliga al Gobierno a destinar más dinero del Estado, a través del reparto de algunos impuestos. Solventar el déficit que tiene Murcia o Canarias es fácil, lo de Andalucía y Valencia es más complicado, mucho si se considera que Cataluña y Madrid deben conservar su statu quo.

La pandemia de Covid ha supuesto un paréntesis en el modelo, ya que el Gobierno central ha optado por regar a las comunidades con fondos extraordinarios y adelantos a cuenta que venían inflados respecto a los ingresos reales. Andalucía ha recibido en estos dos años un total de 4.547 millones de euros, pero sólo supone el 16,3% del total. Y eso que su población es el 18,7%. La razón es que el Gobierno central decidió dar más dinero a las dos comunidades que peor pasaron la primera ola de Covid, que fueron Madrid y Cataluña. Y es que hay algo que siempre permanece, la distorsión del número de personas como criterio del reparto del dinero. 

 

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