El uso de braseros o estufas eléctricas son el recurso más utilizado en Andalucía cuando la mesa camilla no es suficiente para resistir a las bajas temperaturas como las que la comunidad en su conjunto está soportando este invierno, no obstante cuando estos braseros utilizan un sistema de resistencia eléctrico y, se combinan con mantas u otro tipos de tejidos suelen prender con facilidad. Si el aparato es antiguo el riesgo se multiplica ante el primer descuido.

Esta circunstancia de sobra conocida, pero que sigue estando detrás de una buena parte de los incendios caseros como el último ocurrido en Huelva, donde tres estudiantes murieron atrapados en un piso en llamas, ha hecho que desde la Consejería de Salud y Consumo se haya anunciado un refuerzo de las campañas sobre el riesgo de aparatos "obsoletos" que se usan para calentar las viviendas, alarmada ante la multiplicación de siniestros vinculados a la calefacción en las últimas semanas. 

La consejera Catalina García recordó este miércoles que "ya existen campañas por parte del Gobierno de Andalucía de concienciación informativa precisamente para evitar estos problemas", porque "hemos tenido unas condiciones meteorológicas muy adversas, y en algunas provincias más porque no están acostumbradas a esas temperaturas, y se sacan aparatos muy obsoletos, que normalmente no se utilizan ni deben utilizarse ya".

"Nosotros vamos a intensificar las campañas, decir qué aparatos son más seguros y cuáles se deben desechar", porque "es verdad que tenemos un número importante" de incendios en hogares, y "la desgracia de ayer de Huelva es algo sobre lo que todos debemos de concienciar para que no vuelva a suceder".

Cuestionada sobre si se pueden prohibir aparatos como los braseros, que son foco de muchos incendios, ha apuntado que Consumo "está estudiando ese tema para ver si podemos obligar a la retirada de ese producto".