Decenas de vecinos de Barbate (Cádiz) acompañaron ayer a la familia de Samuel, el niño congoleño de 6 años que murió ahogado cuando trataba de alcanzar la costa europea. Su entierro se celebró en la localidad, donde será recordado como un "símbolo" de "la mayor vergüenza del mundo". Con estas palabras, citando al papa Francisco, el director del secretariado de Migraciones de la Diócesis de Cádiz, Gabriel Delgado, se refirió en el funeral a los "miles de personas" que, como Samuel y su madre, Veronique, mueren intentando buscar en Europa una solución a sus problemas, en un viaje en el que "entierran sus sueños en el mar". En la foto, el padre de Samuel llora ante el féretro, ya en el nicho.