Andalucía

La suegra de Jesulín declara que tramitaron su pensión por la "amistad" con él

  • Remedios Torres asegura en el juicio que "jamás" supo nada de su suplantación y que su hija pagara para que recibiera la ayuda

Remedios Torres, madre de María José Campanario, suegra de Jesulín de Ubrique, y también acusada en el juicio por la operación Karlos contra las pensiones fraudulentas que se sigue en la Audiencia Provincial de Cádiz, declaró ayer que la tramitación de su pensión de invalidez se hizo "por amistad a mi yerno". Eso es lo que, al menos, cree ella: que la intervención del ex jefe de la Policía Local de Ubrique, Carlos Carretero -considerado el cabecilla de la trama- estuvo motivada por "la amistad" que tenía con el torero, de manera que era "una favor que me hacían, y por ello no le di importancia al hecho de que lo llevaran [el trámite] a una gestoría.

Tan confiada estaba Torres que firmó "los papeles sin leerlos previamente porque confiaba en estos señores". Fue entonces cuando conoció a Carretero, en casa de su hija, el mismo día que "me trajeron unos papeles para que firmara un contrato de trabajo". La madre de María José Campanario pensó que se trataba de una "autorización", si bien en la sesión de ayer aseguró que la rúbrica que está en los documentos no es la suya.

A preguntas del fiscal sobre el pago de 18.000 euros para obtener la pensión de invalidez de forma fraudulenta, Torres insistió en que "no sabía que mi hija había pagado" y que "seguramente no me lo dijo porque no quería que me sintiera mal". La madre de Campanario añadió que tampoco sabía nada de una reunión en Jerez entre Carretero y su hija en la que éste le reclamaba un dinero para gestionar la pensión. La acusada, que repitió en varias ocasiones que tiene "muchos dolores, en la espalda y en el brazo", no le dio importancia a residir en Castellón y gestionar los papeles de su invalidez en Cádiz, y argumentó: "Creí que era algo normal, porque cuando me piden los papeles yo no sabía que no se pudieran hacer desde Castellón".

Torres mencionó a José Luis López, El Turronero, como la persona que se ofreció para que le revisaran la minusvalía que padece, que era de un 54% cuando le fue reconocida. Según su testimonio, se encontraba "mucho peor", pero "nunca" el objetivo fue "obtener una pensión".

La suegra de Jesulín también se refirió al caso de su suplantación, al declarar que "jamás" supo que iban a usurpar su identidad para realizar una prueba médica, de la misma manera que siempre desconoció el pago efectuado por su hija. En su testimonio, Torres aseguró que si hubiera sabido que alguien iba a suplantarla -fue la novia de Carretero quien lo hizo- "no lo habría consentido". Torres hizo responsable de este hecho al ex jefe de la Policía Local de Ubrique y agregó que tenía el convencimiento de que "iba a aplazarla hasta que yo pudiera bajar a Andalucía".

Por su parte, Rufino Mondéjar, uno de los médicos acusados de confirmar los partes de invalidez, declaró también en la sesión de ayer que "en ningún momento tomó parte de la estafa". Las preguntas del fiscal y de la defensa se centraron en un almuerzo entre el inspector médico Francisco Casto Lara, Carretero y Mondéjar, y en el que supuestamente Carretero pidió a Mondéjar que reconociera a una persona "muy enferma". Mondéjar declaró que "conoció a Carretero ese día" y que "si me hubieran mencionado algo de pensiones fraudulentas me hubiera levantado de la mesa y los hubiera dejado plantados".

Desde el jueves pasado, el juez ha dado permiso a los acusados que ya han declarado para que no asistan hasta las conclusiones finales. María José Campanario aprovechó esta licencia y no acudió a la sesión de ayer: su madre estuvo acompañado por su yerno, Jesulín de Ubrique. El banco en el que se sientan los acusados está cada vez más despoblado.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios