La Junta ya estudia cómo será su desescalado. Aunque Juan Marín, el vicepresidente andaluz, defendió ayer que la salida del confinamiento debe hacerse de forma unificada, el Gobierno regional ha puesto en marcha ya la omisión autonómica para el desescalaje de las medidas extraordinarias tomadas en la crisis del coronavirus. Según explicó ayer el consejero de Salud y Familias, Jesús Aguirre, su departamento ya ha puesto en marcha “un grupo de trabajo de alta frecuentación” para “estar preparados” ante la posibilidad de que, en la época de otoño-invierno de 2020-2021, coincidiera en Andalucía una epidemia de gripe con “un nuevo brote de coronavirus”.

Aguirre, tras participar en la reunión del comité de crisis del Gobierno andaluz, constató con los datos que ofreció que los focos de mayor preocupación siguen siendo los trabajadores sanitarios y los residentes de centros de mayores, así como los empleados que trabajan en estos equipamientos y otros del llamado sector sociosanitario, como las residencias de discapacitados. En torno a cuatro de cada diez casos positivos confirmados por coronavirus están dentro de estos sectores.

Donde se concentra el mayor número de casos es en el sector sanitario, que ya supera los dos millares de contagios con 2.097. Son el 20,3% del total de la comunidad, algo menos que en la anterior actualización ofrecida por Aguirre. El porcentaje venía siendo mayor que en el resto de España, pero ayer el titular de Salud defendió que son el 12,7% del total de sanitarios contagiados a nivel estatal, mientras que la población andaluza ronda el 18%. El 9% de estos más de 2.000 sanitarios están en el hospital, reconoció el consejero, que destacó que la mayoría son médicos.

El segundo foco prioritario está en las residencias de ancianos, donde 1.462 personas han dado ya positivo si se combinan las pruebas PCR con los test rápidos. Entre el viernes y el lunes, según el titular de Salud, se han hecho 31.440 pruebas de anticuerpos en estos centros, donde viven en torno a 43.000 personas. El objetivo es realizar las pruebas a toda la población de las residencias antes del viernes, pero también a la totalidad de los trabajadores. Ya se han hecho test a 15.077 de ellos, de los cuales 107 han dado positivo. Este despliegue tiene como misión evitar más fallecimientos, aunque ya son 273, 29 más respecto al último dato ofrecido por la Junta.