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Luces fuera

La tonadillera Isabel Pantoja intenta evitar su ingreso en prisión pagando parte de la fianza en metálico

Luces fuera
Encarna Jerez Marbella

26 de octubre 2014 - 05:04

De tonadillera a imagen de Marbella pasando por alcaldesa consorte, empresaria y finalmente condenada por blanqueo de capitales. La llegada de Isabel Pantoja a Marbella supuso un antes y un después, pero más para ella que para la ciudad.

El camarero convertido en concejal de Fiestas y posteriormente en heredero de Jesús Gil, Julián Muñoz, conquistó el corazón de la tonadillera que no podía imaginar que el romance que la mantenía como estrella en el papel cuché le podía llegar a costar, incluso, la libertad.

Muñoz, por su parte, tampoco podía llegar a pensar, durante sus tiempos en la cocina, que se pasearía con una morena y una rubia por el casco antiguo de Marbella como máxima autoridad de la ciudad, sobre todo teniendo en cuenta que la morena sería nada más y nada menos que La Pantoja.

En la línea populista aprendida de la fuente principal del gilismo a Muñoz se le ocurrió nombrar a la cantante madrina de la ciudad. La idea no le gustó desde un principio a su mujer, Maite Zaldívar, que terminó perdiendo al que fuera su marido durante más de 20 años en brazos de la cantante. Al principio ambos desmentían los rumores, con rueda de prensa incluida. Los tres se paseaban por el municipio y participaban en actos públicos hasta que finalmente la morena se impuso a la rubia.

Se desataba entonces la locura en la prensa del corazón. Fue el tiempo de los besos en las carretas del Rocío, del famoso "dientes, dientes" y de las infinitas declaraciones despechadas de Zaldívar.

Pero estos años también fueron los de los apartamentos en el hotel Guadalpín, los de la instalación de la artista en el chalet Mi Gitana, los de la compra de reses por parte de la tonadillera, los de la grabación de discos y apertura de negocios que no prosperaron…. En definitiva, los años previos a la operación Malaya, a la detención de Muñoz y a la condena de Isabel Pantoja a dos años de prisión por un delito de blanqueo de capitales.

En la localidad de Marbella, salvo los fans de la cantante, la llegada de la artista no terminaba de gustar al común de los vecinos. Según explica Andrés, "fue una ocurrencia de Julián, pero no tuvo buena acogida en la ciudad". En ciertos sectores la actitud altanera de la cantante, a la que incluso se le cerraban tiendas para que comprara en exclusividad, causaba más rechazo que atracción según explica Miguel Ángel, otro marbellí preguntado a cerca de la historia más reciente de la localidad.

Tras el registro del chalet que se convirtió en el hogar de los Muñoz Pantoja y la detención del primero en el caso Malaya comenzó el declive de la relación y de sus protagonistas. El hombre de los pantalones por encima de la cintura se veía entre barrotes, la artista entrando y saliendo de la cárcel para visitarlo y a Zaldívar le preguntaba la justicia sobre esas bolsas de dinero que aseguró en los platós de televisión que su ex llevaba a casa.

Al final los tres volvían a aparecer juntos ante las cámaras, pero esta vez de manera involuntaria y compartiendo banquillo de los acusados en una investigación por blanqueo de capitales. Las nubes de periodistas volvían a perseguir a la tonadillera hasta el punto de cortar la calle de acceso a los juzgados marbellíes donde Pantoja terminó por los suelos uno de los días que tuvo que acudir a declarar.

De la altanería de la alcaldesa consorte Pantoja pasó al gesto serio y aspecto frágil escondido tras sus habituales y enormes gafas de sol. En la Ciudad de la Justicia se enteró de que acababa de ser abuela, se intentó defender asegurando que ella no recibía dinero de Muñoz si no que ella lo mantenía a él, y finalmente, en ese mismo sillón, escuchaba la sentencia que la condenaba a dos años de prisión y una multa de 1,1 millones de euros.

Ahora, en una lucha contrarreloj, trata de evitar el ingreso en prisión pagando parte de la fianza en metálico. El que fuera su media naranja lleva ya meses en la cárcel por este mismo caso mientras que Zaldívar ingresará en breve.

Sus destinos vuelven a encontrarse. Lo que el dinero ha unido…

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