Moreno se proclama candidato "de consenso" para liderar el PP andaluz

El primer nombre propio que pronunció ayer Juan Manuel Moreno Bonilla (nacido en Barcelona en 1970 pero malagueño desde niño) en la sede del Partido Popular de Andalucía -en una sala de prensa abarrotada de manera inusual- fue el de Mariano Rajoy. Expuesta la gratitud al presidente del Gobierno -el verdadero artífice de este giro inesperado- al que definió en varias ocasiones como su "gran referente en política", Bonilla habló con el convencimiento de estar asistiendo -y protagonizando- "un día muy importante para el PP andaluz" porque, aseguró, se presenta como candidato a presidir el partido y cumplir así "el sueño" de ser el próximo presidente de la Junta.

Tiene ganas. O al menos sabe exponer con una oratoria notable ese entusiasmo que hace tiempo que escaseaba en la sede de la calle San Fernando, enfrascada en esta última etapa en un sainete por la designación del candidato a presidir el PP andaluz. "Yo me presento para presidir la Junta. El instrumento es el PP, pero mi objetivo es llegar a ser presidente", proclamó el todavía secretario de Estado de Servicios Sociales e Igualdad y -tras la renuncia a la lucha por la sucesión del secretario general andaluz José Luis Sanz- único candidato para tomar las riendas de los populares andaluces a partir del 1 y 2 de marzo, cuando se celebre el Congreso Extraordinario del PP-A.

Varias son las teorías que circulan sobre las razones que habrían impulsado a este canterano de Nuevas Generaciones, y aún hoy número dos de la ministra Ana Mato, a dar el paso adelante para enfrentarse a toda la maquinaria del PSOE en Andalucía. Pero en ninguna dice sentirse identificado. "No me siento el tapado, soy miembro del comité ejecutivo regional desde el año 95, soy una persona cualificada y puedo optar a esta responsabilidad", para añadir que "nadie me ha tenido que convencer porque siempre he estado pendiente de Andalucía", una tierra que "me preocupa".

Más allá de la discutida sucesión, que desbarata los planes ideados por la secretaria general Dolores de Cospedal, Juan Manuel Moreno dijo que la suya es "una decisión meditada y apoyada por mis compañeros" y que tiene un "abrumador respaldo", cuantificado en los 9.142 avales recibidos. "Mi candidatura es de consenso y unidad", "vengo a sumar", "yo he querido ser parte de la solución no del problema", "lo importante es centrarse en el presente y en el futuro", "jamás voy a entrar en divisiones porque nos une mucho más de lo que nos separa" o "las cosas llegan cuando están maduras" son algunas de las frases que denotan voluntad de consenso en este joven dirigente popular, habitual del entorno de la vicepresidenta Sáenz de Santamaría.

Para escenificar este cierre de filas, la sede popular reunió ayer a todos los presidentes provinciales -Elías Bendodo (Málaga), Juan Bueno (Sevilla), Sebastián Pérez (Granada), Gabriel Amat (Almería), José Antonio Nieto (Córdoba), Antonio Sanz (Cádiz), José Enrique Fernández de Moya (Jaén), Manuel Andrés González (Huelva)- "un equipo de presidentes de primerísima división" a los que, bromeó, "creo que nadie les ha obligado a venir".

Con todo, en la fotografía popular de ayer el protagonismo fue también de los ausentes: José Luis Sanz y Juan Ignacio Zoido, enfrascado hasta última hora en un apoyo acérrimo al alcalde de Tomares, dos dirigentes que, en palabras de Moreno Bonilla, "han sabido mantener un partido fuerte y unido con enorme entrega". El malagueño les excusó -"han querido que el único protagonista hoy sea yo"- y clamó por la unidad del PP porque aquí "no hay vencedores ni vencidos". Un punto en el que también quiso recordar la labor del "líder indiscutible" del PP-A Javier Arenas, que "ha roto techos en Andalucía".

En clave electoral, que es como puede interpretarse el discurso que articuló ayer este hijo de emigrantes a Cataluña en su primera intervención pública como candidato in pectore, no tiró del manual al uso del PP andaluz, es decir "corrupción" y "ERE". Aunque sí reflexionó sobre el "bochorno" que le produce que "cada vez que se nombra Andalucía se asocie con corrupción", el popular centró la crítica en la gestión de Díaz en estos primeros meses como presidenta autonómica: "Hay muchas fotos bonitas, mucho marketing político pero una gestión colapsada y falta de transparencia" y, además, "veo que tiene la mente más en Ferraz que en San Telmo".

De ahí que vislumbre unos comicios andaluces cercanos, "antes" de 2016. "Estoy convencido que habrá un adelanto electoral y que esta legislatura será corta. Lo creo yo y también muchos dirigentes socialistas", opinó. Para el popular, "los presidentes de la Junta nos tienen acostumbrados al tacticismo y al regate corto, que no va en beneficio de los andaluces sino en su propio beneficio electoral".

Para alcanzar la mayoría absoluta que evitaría una reedición del pacto de Gobierno PSOE-IU, Moreno Bonilla asume que al menos necesita un período de seis años, como así llegó a admitir a los medios al término de su intervención. Consciente del enorme esfuerzo que tiene que realizar para contrarrestrar la ventaja con la que cuenta la líder del PSOE-A, este verdadero desconocido para la amplitud del electorado andaluz aseguró que "no tiene la plataforma de propaganda y publicidad de Díaz" pero sí "otras herramientas, como la calle" y la "ilusión" por "recorrer" la comunidad "de punta a punta". Para el futuro líder de la formación, el PP "es el primer partido en Andalucía" y "hoy comienza la cuenta atrás para el cambio" porque, razonó, "la asignatura pendiente" de la región "es la falta de alternancia democrática" en el Gobierno andaluz durante más de 30 años.

De momento, el enfrentamiento dialéctico en el Parlamento no va a ser posible. Moreno Bonilla no es parlamentario de la cámara andaluza y la labor de control al Gobierno tendrá que ser realizada -al menos en el pleno- por el portavoz del Grupo Parlamentario Popular que, si bien "todavía no está decidido", podría seguir siendo Carlos Rojas.

Un adelanto electoral situaría al candidato popular ya en el Parlamento, un escenario en el que se ve "muy pronto", confesó. Diputado andaluz por primera vez en 1997, con 27 años, Moreno Bonilla confiesa que quiere volver al Parlamento "con más ilusión y más experiencia, con un grupo que supere los 55 escaños para que Andalucía ocupe el puesto que le corresponde".