Muere una joven en Otura tras una brutal paliza de su novio

La trasladó él mismo al hospital San Cecilio, donde ya ingresó fallecida · Al principio, intentó exculparse y dijo que fueron asaltados en la calle, más tarde reconoció su autoría.

Muere una joven en Otura tras una brutal paliza de su novio
Muere una joven en Otura tras una brutal paliza de su novio
D. Lendínez / Agencias / Granada

Granada, 20 de julio 2011 - 10:27

Algunos familiares llevaban tiempo sospechando que Mónica era agredida por su novio Javi. Le animaron a que lo denunciara y a que lo dejara. Ella pasaba palabra. Ayer se lamentaban a las puertas del Instituto de Medicina Legal de su fallecimiento.

Murió en la tarde-noche del pasado martes en Otura por una paliza de su pareja sentimental, que al principio dijo que habían sido asaltados por varios individuos y que al final reconoció que él fue el autor. Ya está detenido y el caso está bajo secreto de sumario en el Juzgado de Instrucción número 1 de Santa Fe.

Mónica R. C. tenía 18 años y su pareja, sobre la veintena. Llevaban saliendo casi dos años, incluso llegaron a vivir juntos, aunque ya no lo hacían. Él trabajaba en el café Cubo -cerrado ayer por defunción-, del padre de ella, y Mónica, en el asadero de pollos Kiki.

Según relataron sus más allegados, ella se dirigía a la autoescuela -solía ir a las clases por la tarde- cuando él la abordó y discutieron. Pudo ser forzada a entrar en el coche de él y luego llegaron las agresiones. Al parecer, en la zona de la calle Torreón, en el barrio del Hondillo.

Hubo un golpe en la cabeza que la dejó inconsciente, luego llegaron otros. No eran heridas de arma blanca. Eso es lo que tiene que confirmar ahora la autopsia a la que fue sometida en la mañana de ayer, donde allegados, familiares y amigos formaban corros en la puerta. Algunos rostros seguían sin creer que hubiera ocurrido aquello.

El presunto agresor la trasladó al hospital San Cecilio, donde fue ingresada sobre las 22:30 horas, aunque ya sin vida. Al principio, él contó que ambos habían sido asaltados por un grupo de cuatro individuos. Fue la misma versión que sostuvo cuando avisó a sus familiares para comunicarles que estaban en Urgencias. Los facultativos fueron los que avisaron a la Policía.

Cuentan que a los agentes les llegó a dar datos diferentes de lo que había sucedido, hasta que finalmente reconoció que lo había hecho él. Fue inmediatamente detenido por el Cuerpo Nacional de Policía, que después lo dejó a disposición de la Guardia Civil, encargada de la investigación. A los familiares no les encajó demasiado aquello de que fueran atracados, más cuando se enteraron de que él apenas si presentaba heridas, solo unos cuantos bocados.

El entorno más cercano de la joven le había preguntado en alguna ocasión a ella por algunos hematomas y heridas sospechosas con los que aparecía de un día para otro. Ella lo justificaba con caídas. El último encontronazo público fue a principios de la pasada semana cuando ella se estaba haciendo las uñas. Discutieron y ella le pidió que se marchara. Una vez, alguien le preguntó que si le pegaba. Ella no contestó.

Le animaron a denunciar. El Ayuntamiento de Otura informó ayer que la joven no solicitó ningún recurso en el área de Servicios Sociales para evitar unos posibles malos tratos. Tampoco constan denuncias por hechos similares. Prefería callar para no buscar problemas. También pensaba en sus padres.

En otra ocasión, allegados cuentan que él en un arrebato le quitó su teléfono móvil y la llegó a encerrar en su casa. La cosa no marchaba, pero continuaba la relación. Explicaron que él tenía antecedentes penales por un suceso en el que hubo una puñalada de por medio. "Nos ha quitado la vida entera", se lamentaba ayer una de sus íntimas a las puertas del Instituto de Medicina Legal, donde aguardaba un coche de la funeraria para su traslado. El entierro tendrá lugar hoy en Otura.

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