Andalucía

Pájaros revueltos

  • La impunidad de los anónimos en Twitter lleva a reflexionar sobre la protección de los usuarios a raíz de lo sucedido con la diputada socialista Elena Valenciano

Instantánea y universal, por vocación; concisa por obligación; e interactiva como proposición. Un gran zoco de intercambio de informaciones. Grandes virtudes de la red social multitudinaria más trepidante, donde los internautas pían de lo lindo en sus tuits, 140 apretados caracteres donde caben la idea más brillante y también el insulto más injusto; contenidos que a su vez pueden dar la vuelta al mundo en unos minutos a base de retuits. En Andalucía rondan los dos millones de usuarios, aunque activos, que participen a diario, incluidas empresas y organismos, tal vez no lleguen a los 200.000, de los que una cuarta parte están escudados en seudónimos, personalidades ficticias y cuentas falsas e incluso de parodia. Por ese flanco del anonimato es por donde la red de los pájaros está más en cuestión. Las virtudes de la herramienta se transfiguran entonces en sus peores defectos. La lapidación verbal es inmediata como sintieron David Bisbal (@Davidbisbal) o Alejandro Sanz (@AlejandroSanz). "Hay que tener la piel dura", advierte Sergio Martínez Mahugo (@smmahugo), fundador de tuyyoque.com, a los personajes públicos, en especial políticos, que quieran implicarse entre los piones.

"Dentro de media hora saldré de Twitter. Algun@s han empezado a perseguir a mis hij@s, y ese sí es el límite". La portavoz socialista Elena Valenciano reveló con estas palabras que la asunción deportiva de admitir la crítica y la observación de los demás tiene una frontera cuando se produce acoso o calumnia. Nunca el ciudadano de a pie había podido estar tan cerca de los personajes y nunca había sido tan fácil arrear un botellazo dialéctico como puede emprender cualquiera en Twitter y en otras redes como Facebook o Tuenti. Aun bloqueando al acosador, éste siempre tiene la posibilidad de crear una nueva cuenta para seguir actuando hasta el infinito. Valenciano vino a cuestionar una peligrosa tendencia y clausuró su perfil el día 1, cuando contaba con 50.000 seguidores, por sentir de cerca la difamación de las redes.

La política española y andaluza más activa en la red, la concejala popular malagueña Mariví Romero (@mariviromero), cree que la socialista se ha equivocado al cerrar una vía directa con los ciudadanos, pese a que se puedan hallar exaltados y salidas de tono. Los extremismos se hacen siempre muy visibles en las ideas que llegan a los temas más comentados, los trending topics (TT), que con un equipo activo de community managers se pueden alentar e influir. "Nunca me iría de Twitter", asevera la edil, que ha superado las 123.000 entradas, porque además cree que los políticos "ahora que están tan mal vistos, es cuando más deben dar la cara". "Twitter es una pata de mi trabajo que me permite atender directamente a los malagueños", insiste la concejala de Gobierno Abierto, cargo encomendado por un alcalde también muy activo en la red, Paco de la Torre (@pacodelatorrep). Su homólogo de la granadina Jun, el socialista José Antonio Rodríguez Salas (@AlcaldeJun), es el segundo político español con más seguidores, según politweets.es,sólo por detrás del presidente Rajoy (@marianorajoy), y es un pionero en la gestión y transparencia 2.0.

Málaga es la provincia andaluza con más presencia y actividad. Mariví Romero llegó a ser cibervoluntaria de Obama en 2007 y su vida está pegada al móvil. De noche, durante más de dos horas, termina de atender las peticiones y alusiones, aunque alguna no sea agradable. "Un responsable de IU de Alozaina me escribió que a los políticos del PP había que meterles un tiro entre ceja y ceja. Él se disculpó, pero siempre hay que tener cuidado y sentido común", añade Mariví, quien reconoce que le han llamado de todo, pero detecta que la gente normal es correcta y no cae en vehemencias, una mayoría que no es tan visible. También tuvo que aconsejar al concejal de Fuengirola Pedro Vega (@Pedrovega83) sobre sus dos chistes de gitanos que encendieron la red. "Lo prioritario es reconocer el error y disculparse cuanto antes", aconseja. Pocas horas después El intermedio se convertía en altavoz de la metedura de pata. Para evitar suplantaciones es necesaria una cuenta verificada, aunque también existan exitosos perfiles paródicos como Espeonza Aguirre.

"El reto de los usuarios en las redes es generar credibilidad y no utilizarlas como un desahogo y agresiones sin límite. El gran problema alertado por Valenciano es la impunidad y el anonimato, pero empieza a haber jurisprudencia como el caso de la BBC", expone Manuel Campo Vidal (@mcampovidal), director del Instituto de Comunicación Empresarial y presidente de la Academia de TV. La cadena pública británica debió pagar este otoño una indemnización de 185.000 libras (230.000 euros) a Lord Alistair McAlpine, antiguo colaborador de Thatcher, por haber sido acusado falsamente en un programa, Newsnight, de ser pederasta. La BBC pretendía echar una cortina de humo sobre el caso de su fallecida estrella Jimmy Savile, implicado en decenas de abusos. En la competencia privada, la ITV, el nombre de McAlpine apareció en una lista de la que se hicieron eco cientos de tuiteros. La cadena debió pagar 125.000 libras y el millar de internautas que divulgó el bulo tendrá que asumir una indemnización cada uno.

"El derecho al honor, a la intimidad, siempre están ahí para todos, también cuando se infringe en Twitter; no sería necesario regular nada más", estima Martínez Mahugo, profesor de Periodismo de la Universidad Miguel Hernández de Alicante. "El problema es siempre el mal uso, aprovechando el anonimato, aspecto que sí podría replantearse". Informes de abogados interpretan que la empresa norteamericana del fundador Jack Dorsey (@jack), Twitter Inc., delega la responsabilidad de los contenidos en los usuarios como difusores. Si actúa con diligencia en bloqueos y supresiones, la red no puede ser considerada culpable de lo que hagan sus afiliados. "En Twitter el 85% es banalidad y chismorreos, un 5% mentiras, ataques e insultos; otro 5%, publicidad encubierta; y el 5% restante información. Por supuesto, con cantidades industriales de patadas al diccionario", resume Ignacio Gago (@breikinnius), experto en comunicación.

Por banalidad, en este intranquilo junio la ministra Fátima Báñez (que también canceló su cuenta) colgó "¡Obtuve 5399 puntos en Bubble Shooter Adventures!" que evidenciaba un esparcimiento en los videojuegos del que culpó como travesura a su hijo. El presidente extremeño José Antonio Monago (@JAMonago) también fue pillado con otra puntuación de marcianitos. La frivolidad se convierte en una trampa para los políticos, que en muchos casos pueden terminar desvelando pliegues. La propia Elena Valenciano tuvo que lidiar con las reacciones hacia su desafortunado comentario sobre el jugador francés Ribéry; y el directivo popular valenciano Ángel Mínguez (@angelminguez) tuvo el mal gusto de reírse reiteradamente del futurible despido de Ana Pastor (@_anapastor), activa tuitera, en TVE . El recreo por ser el más ocurrente y jalear a los adictos juega malas pasadas. Casi la mitad de los titulares de los perfiles tienen menos de 34 años, lo que aviva defectos de lo que deberían ser virtudes. La vehemencia tiene seguro de retuiteo, aunque sólo parta de unos pocos. Las ideas progresistas también se propagan con mayor entusiasmo que las conservadoras.

El diputado malagueño de IU Alberto Garzón (@agarzon) es el político español que ostenta más retuits de sus contenidos. El autor del ensayo La Gran Estafa se distingue también por su interactividad. Gaspar Llamazares (@GLlamazares) es el segundo; y el tercero es el mediático diputado de UPyD Toni Cantó (@tonicanto). El actor lanzó una serie de datos falsos sobre la violencia de género que le vinieron a dañar. El asesor de comunicación Antonio Gutiérrez Rubi (@antonigr) apuntaba en una entrevista de Javier Gómez (@javiergomez76) en este periódico que el riesgo no es que los políticos digan lo que piensan en las redes, sino que no lo sepan decir. Y siempre será fundamental que además cotejen los datos.

Tras ruedas de prensa sin preguntas, ahora se estilan los comunicados en las redes, al margen de los medios. Pero en esa montaña de palabras, imágenes e informaciones de toda ralea que se acumulan en el timeline hay que buscar referentes fiables en los medios, en el periodismo que cada vez se disipa más entre la masa. "Y es cierto el problema que plantea la concisión, pero puedes leer a doble velocidad: un repaso a los tuits, y después a los enlaces, elaborados por los medios profesionales", explica Mahugo, quien pone en duda "que sea absolutamente necesario estar en las redes": "Si eres un medio, en cierta medida te estás haciendo la competencia a ti mismo. Generas contenidos que en parte explota comercialmente la red social", reflexiona.

Twitter, la vida escrita en tiempo real, tan efímera como voraz, acecha con minas explosivas en cualquier renglón.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios