Patricia del Pozo

Estudiante y currelante al mismo tiempo

  • La nueva consejera de Educación lleva casi 30 años en el círculo de Javier Arenas

Patricia del Pozo

Patricia del Pozo / R. González

De Cultura a Educación. La cuota sevillana del Gobierno gana peso, porque pasa de una consejería de escaso presupuesto a la segunda con mayor peso económico. Patricia del Pozo (Sevilla, 1969) lleva desde 1994 trabajando para el Partido Popular. Ese año envió su currículum al Grupo Popular en el Parlamento. Javier Arenas había emitido una oferta de trabajo para organizar la asesoría jurídica. “Si entro a trabajar contigo no te arrepentirás en toda tu vida. Y si no me seleccionas vas a cometer un gran error”. Alegre, sonriente y con desparpajado, fue escogida para la plaza. Se licenció en Derecho por la Universidad de Sevilla, mientras trabajaba en el sector de la peluquería y belleza para contar con ingresos propios. Tiene una demostrada capacidad de trabajo.

Está especializada en Derecho Comunitario, con experiencia en Bruselas, Estrasburgo y Lieja. Se forjó, efectivamente, como técnica en el Parlamento, donde trató con el entones diputado autonómico Juan Manuel Moreno, y dio el salto a las listas electorales en 2004, elegida diputada nacional. Es de la máxima confianza de Javier Arenas, por quien siente verdadera adoración sin complejos. 

En la pasada legislatura perdió a su madre, a la que estaba estrechamente unida. Es hija de Jaime del Pozo, gran aficionado al flamenco, uno de los fundadores de la peña Torres Macarena y que la acompaña en sus principales actos, como la jura como diputada celebrada recientemente en el Parlamento. Ella misma se arranca a cantar en ocasiones, como hizo la pasada legislatura en un programa de Canal Sur Televisión. Asidua del Teatro Maestranza. Ha estado muy atenta al ciclo de exposiciones de Las Edades del Hombre, se ha volcado con las Reales Atarazanas de Sevilla y la Alhambra de Granada y en todos los asuntos relacionados con el patrimonio histórico, incluido el de las hermandades y cofradías. 

Un de sus mejores colaboradoras es Macarena O’Neill, con la que se entiende a la perfección. Sus compañeros de partido destacan su capacidad de interlocución con todos los grupos políticos.