En Andalucía se solicitaron 4.706 excedencias en 2020 para cuidar hijos. Sólo 363 las pidieron los padres, es decir, el 7,7% del total frente a las 4.343 que solicitaron las madres, lo que corresponde al 92,29%. En España, el porcentaje de hombres que deja de trabajar temporalmente para atender a los hijos fue algo mayor, el 11%, según los datos del Instituto de la Mujer del Ministerio de Igualdad que figura en el borrador de la Estrategia de Conciliación en Andalucía que está elaborando la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación.

El documento, que cuando se apruebe deberá extenderse hasta 2026, tiene por objetivo "avanzar hacia la corresponsabilidad" y hace un diagnóstico de la situación actual a partir de los datos disponibles que demuestran, por ejemplo, que "la figura paterna tiene un claro papel secundario con relación al cuidado intensivo en los primeros meses de vida de hijas e hijos". Esta afirmación responde a que casi la totalidad de los permisos y prestaciones por maternidad/paternidad (98,7% en Andalucía) los perciben las madres.

El patrón que se repite -las mujeres reciben casi todos los permisos de paternidad/maternidad y las mujeres son las que más excedencias piden en sus empresas- acaba provocando "una sensación de frustración" en las madres trabajadoras. "En algunos casos eligen cortar la trayectoria profesional y su formación para poder ocuparse a tiempo completo de la crianza de los hijos en los primeros años", apunta el documento, que se nutre tanto de datos estadísticos como de entrevistas con padres y madres.

El resultado para la vida profesional de estas mujeres es que los objetivos iniciales "se posponen" y generan una "fase de estancamiento profesional" que no se ha registrado en los hombres entrevistados por el departamento que dirige Rocío Ruiz. El documento de la estrategia sí reconoce que algunos padres "cambian de actividad" y trabajan por mejorar la situación a largo plazo. Al mismo tiempo, desvela que en las familias en las que las mujeres tienen más "protagonismo laboral" se producen "dilemas importantes" que suelen acabar con un freno a la "búsqueda de más hijos".

Este tipo de situaciones son mucho más complejas en los hogares monoparentales, compuestos en gran mayoría (79,8%) por mujeres, aunque las redes familiares juegan un papel importante en estas familias. Y también hay que tener en cuenta a los problemas de conciliación por el cuidado de personas dependientes, algo de lo que también se hacen cargo, sobre todo las mujeres (86% frente al 14% de los hombres según datos de la Junta correspondientes a 2016). Estas dificultades se recrudecen cuando la persona dependiente es una mujer y cuanto más edad tiene.

La brecha entre hombres y mujeres a la hora de conciliar también se ve en el reparto de las tareas del hogar. Una encuesta del Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA) señala que el 59% de los hombres manifiesta que sus parejas dedican más de tres horas al día en las tareas domésticas mientras que sólo el 22,9% de ellos invierte el mismo tiempo. 

Todo esto genera una reclamación por parte de las mujeres para que haya "espacios de ralentización familiar", es decir, momentos que les permitan disfrutar de la familia "sin el estrés de la planificación". Las mujeres también piden una mayor "corresponsabilidad de las parejas" para evitar sentirse "malas madres", es decir, "que no están pudiendo dedicar a los hijos el tiempo necesario" por motivos laborales. Una consecuencia de todo esto es que, muchas veces, las tanto padres como madres viven procesos de felicidad indirecta, ya que el tiempo libre y el ocio, se articulan a través de las necesidades de disfrute de los niños.