Crónica Personal

La caja de Pandora

LA insinuación de Susana Díaz de que podía adelantar las elecciones andaluzas, ha abierto la caja de Pandora en el PSOE. La caja en la que se guardaban todos los males, que ahora han salido a la luz.

La insinuación de la presidenta andaluza, que algunos dan por una decisión ya tomada y que se anunciará en los próximos días, abre la caja en la que se guardaban rencillas, rencores y rivalidades, porque significaría que de ganar Díaz esas elecciones -como se da por seguro- tendría libre el cambio para presentarse a las primarias de julio en las que el partido debe elegir a su candidato a la presidencia del Gobierno. Primarias a las que se va a presentar Pedro Sánchez y que, según sus propias palabras, está seguro de ganar.

Cuidado con las declaraciones. Sólo la idea de que unas elecciones andaluzas anticipadas abren la puerta a primarias a Susana Díaz, ha provocado que se abran también las críticas a Sánchez y salgan a la luz las heridas internas del partido socialista. Lo que antes solo apuntaban algunos periodistas, ahora lo reconocen abiertamente dirigentes del PSOE: Sánchez decepciona, su equipo es muy flojo con la excepción de dos o tres personajes que pertenecen a la historia del partido -Chacón, Patxi López- , el secretario de Organización no acierta porque no conoce el PSOE, no hay sensación de que el partido funcione como un grupo cohesionado y que marche en la misma dirección, la ambigüedad respecto a posibles pactos postelectorales con Podemos ahuyentan a los votantes socialistas, la ambigüedad del PSC respecto a la consulta independentista -que no a la independencia- ha llevado al partido a su mínimo histórico, el 5% de intención de voto...

Sánchez apenas habla con las personas que son referente en el partido, si Zapatero no le ha informado de su encuentro con Pablo Iglesias es porque de la misma manera que Sánchez va por libre, otras personalidades del PSOE hacen lo que les parece sin informar a Sánchez. Un desgarro interno con todas las letras, una decepción generalizada.

Susana Díaz aún deshoja la margarita. O al menos eso dicen en el entorno de Sánchez. Si la presidenta ha tomado ya una decisión desde luego no la conoce el secretario general del partido. O no la conoce todavía, hace tiempo que los puentes entre ellos ya no son como antaño. Se hablan, se respetan, incluso se tienen afecto, pero colaboradores de Díaz afirman ya sin tapujos que la presidenta andaluza no apoya a Sánchez como hizo cuando le aupó a la secretaría general del PSOE. Lo que equivale a reconocer que no está satisfecha con su trabajo como secretario general.

En pocos días se despejará la incógnita andaluza pero, hoy, Sánchez tiene crudo no ya ganar unas elecciones, sino ser el cartel de las generales.

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