El cupo catalán: una losa para Montero y un regalo para Moreno

El acuerdo firmado entre el Gobierno central y la Generalitat da pocos detalles pero azuza el debate político

El PSOE andaluz no encuentra argumento para rebatir las críticas más allá de la figura de la ministra

Juanma Moreno inicia los contactos para hacer frente al cupo catalán

María Jesús Montero y Juanma Moreno en la primera piedra de la Línea 3 del Metro de Sevilla.
María Jesús Montero y Juanma Moreno en la primera piedra de la Línea 3 del Metro de Sevilla. / Joaquín Corchero/E.P.

El acuerdo que el Gobierno central, (el ministro de Política Territorial y el Secretario de Estado de Hacienda), y la Generalitat de Cataluña han firmado para que el Ejecutivo catalán recaude íntegramente el impuesto sobre la renta (IRPF) que se declare en Cataluña desde 2026 está lleno de incertidumbres. Por el momento, no se conocen los detalles de cómo se producirá esa recaudación, ni del porcentaje de fondos que tendrían que aportar a las arcas del Estado como cuota de solidaridad; tampoco cómo irá calculándose en el futuro y el plazo para que la Agencia Tributaria catalana se encargue directamente de recaudar todos los tributos que se devengan en su territorio.

La ausencia de información es tal que ni siquiera conocen la letra pequeña en las filas de ERC, el partido que impulsa esa financiación singular para Cataluña. Ya ha lanzado sus primeras críticas y ha pedido mayor concreción porque entiende que no se está cumpliendo el pacto que firmaron con el PSOE para la investidura de Salvador Illa como presidente de Cataluña.

Pero se trata del segundo paso de un proceso que el Gobierno de Pedro Sánchez está ejecutando progresivamente atendiendo las urgencias de sus socios. La propuesta de condonación de la deuda a la Generalitat, que todavía no se ha ejecutado, ha abierto el camino. Y ese es, precisamente, el argumento que defiende el ministerio de María Jesús Montero para mantener su candidatura a la Junta: Andalucía es la comunidad más beneficiada con su propuesta de quita de deuda, tanto en términos absolutos, 18.791 millones de euros (1.700 millones más que Cataluña) como porcentuales porque le quitaría un 47% de su deuda pública total.

El argumento con respecto a la financiación singular es similar, “jamás se van a permitir privilegios”, ha dicho la ministra de Hacienda en reiteradas ocasiones. Y, esta semana ha ido un poco más allá, asegurando que toda la información que se está dando a conocer son “mentiras bulos y declaraciones interesadas del PP”.

Yeso a pesar de las declaraciones de expertos en la materia, como la Fundación Fedea, la Airef (Autoridad Fiscal Independiente) o los técnicos de Hacienda, que se suman a las de voces socialistas autorizadas como la de Josep Borrell o la de Luis Ángel Hierro, el eterno crítico del PSOE andaluz pero también catedrático de Economía y experto en financiación autonómica.

Con este panorama, los socialistas andaluces no se prodigan públicamente a pesar del "respiro” que les ha dado el caso Montoro que está sacudiendo a la política española, un contrapeso al caso Ábalos y Cerdán. Su principal argumento contra el cupo catalán se basa en considerar que Montero, candidata a la Junta, “no va a permitir” privilegios ni firmar acuerdos que perjudiquen directamente a los andaluces. Eso y el perfil de Salvador Illa, un hombre respetado por el resto de presidentes autonómicos por el papel que jugó en la pandemia, lejos de radicalismos y al que confían que no permita el agravio.

Un perfil que hasta reconoce el presidente de la Junta, Juanma Moreno, quien ha asegurado en una entrevista en La Vanguardia que Salvador Illa “es suficientemente pragmático para realizar una política transversal, que es lo que yo estoy viendo desde la distancia; a Cataluña la veo más serena y fijada en la realidad”. El presidente andaluz ha defendido también que esta comunidad merece una mejor financiación, si bien argumenta que “hay que preservar la solidaridad”.

Pero la batalla del presidente de la Junta contra el cupo catalán no ha hecho más que empezar. Se trata de un argumento político valioso para Moreno que se entiende muy bien en Andalucía y que, además cuenta con el respaldo del resto de barones autonómicos, incluyendo a los que son del PSOE. Todos rechazan la bilateralidad que impone Cataluña y reclaman que no cambien las reglas del juego.

En el fondo de todo este debate planea el convencimiento de que este cupo catalán no podrá llevarse a efecto y no es más una batalla política; el Gobierno de Pedro Sánchez no tiene los apoyos que necesita, una realidad de la que también son conscientes los independentistas catalanes; ellos también buscan rédito político.

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