Promesas a examen
De algunos de los proyectos anunciados por los partidos en 2011 no se ha vuelto a oír hablar. La conexión de la ciudad y la Alhambra con un ascensor se quedó al final en un trenecito. Hace 4 años se apuntaba la necesidad de crear un "tranvía" en el centro para quitar autobuses.
A pocos días de la cita del 24 de mayo, en la recta final de la campaña los partidos se esfuerzan en propagar a los cuatro vientos los compromisos con los que aspiran a obtener el favor de los votantes. Ahora, es un buen momento para mirar atrás, para comprobar dónde quedaron aquellas promesas que se hicieron hace cuatro años y hasta qué punto lo que se verbalizó en aquel momento se ha hecho realidad. ¿Son los programas electorales un compromiso fiel entre el político y sus votantes o el desenlace electoral arrastra las promesas al olvido?
El examen revela algunos temas pendientes en la gestión de José Torres Hurtado, alcalde de la ciudad y aspirante a la reelección por el PP. El regidor ha conseguido sacar adelante proyectos que eran vitales para su equipo de gobierno -como la remodelación del transporte público-, pero hay otros que no fueron tan llamativos aunque también figuraban en su programa electoral y que están a medio hacer o no se han cumplido.
Por poner un ejemplo, ¿qué fue del prometido teléfono del ruido? En una ciudad donde los decibelios son uno de los temas que más preocupa a los ciudadanos el PP propuso en 2011 crear un teléfono donde los vecinos pudieran exponer sus quejas, una idea de la no se ha vuelto a hablar en estos cuatro años.
Tampoco se supo mucho más de otra de las promesas que se 'vendió' con fuerza en la pasada campaña: la creación de un observatorio para estudiar los perfiles y necesidades de las familias granadinas y la elaboración de un plan municipal donde se analicen las situaciones de dependencia, violencia, problemas sociales o de desigualdad "con medidas reales de apoyo".
Entre promesa y promesa se planteó bonificar la natalidad "para que se vean niños en la ciudad", decía allá por 2011 el alcalde de Granada. Quedó en el tintero.
La misma suerte corrieron otras propuestas como el museo de Semana Santa o la creación de una agencia cultural conjunta; un proyecto en el que debían participar todas las instituciones (Junta, Diputación, Ayuntamiento, Universidad, Conservatorio, academias o fundaciones). A la espera se quedó la bienal flamenca en homenaje al desaparecido Enrique Morente, con la que se pretendía fomentar el lanzamiento de nuevas figuras y el estudio del mestizaje musical del flamenco con otras tendencias musicales.
Pero sin duda, la promesa de 2011 fue la creación de un ascensor que conectara la Alhambra con la Carrera del Darro. El boceto del proyecto no tardó en despertar la oposición de numerosos colectivos y el deseo se fue esfumando con los años. Claro que la preocupación por mejorar la conexión entre el monumento con la Alhambra seguía ahí, así que el equipo de gobierno sorprendía en 2013 anunciando la creación de un trenecito que se encargaría de bajar a los turistas de la Alhambra a la ciudad. Dicho y hecho.
Tampoco escondió nunca el equipo de gobierno su voluntad por remodelar el transporte público de la ciudad. Hace cuatro años Torres Hurtado ya anunciaba que se crearía una especie de tranvía que circulara por el centro. "Un vehículo no contaminante sin raíles ni catenarias que se conectará con el resto de medios. No es lógico que pasen 16 líneas por el centro. Si esto no fuera posible se pondría un autobús pero más amplio y moderno". Cuatro años después, se llama LAC.
Otro asunto que, campaña tras campaña está en la mente de los políticos es el Albaicín. En las últimas elecciones municipales se planteaba que la Junta de Andalucía centrara las inversiones del Milenio en la rehabilitación del mítico barrio o mejorar la accesibilidad "siempre que no lo impida la Delegación de Cultura"... actuaciones condicionadas siempre a otra administración.
Sí se ha conseguido en estos cuatro años abrir, por fin, el Cuarto Real, la Casa de Zafra o rehabilitar el parque del Molino del Marqués. Se trabaja ya en el desbloqueo del plan especial Albaicín, un documento vital para el barrio cuya terminación será uno los mayores logros de la ciudad.
Con la perspectiva que da el tiempo hay dos promesas electorales que llaman poderosamente la atención en el programa de 2011: la apuesta por "trabajar con el IMFE en la promoción del empleo juvenil" y el "incremento del servicio de teleasistencia para personas sordas". Ambos servicios fueron desmantelados en este mandato.
Por los pelos se salva el proyecto de Santa Adela en este examen. Aunque en el programa electoral se había incluido la rehabilitación del barrio, las esperanzas de los vecinos se esfumaron a medida que se recrudecía la crisis. Fue el pasado verano cuando el Ayuntamiento decidió recuperar el proyecto pero a estas alturas todavía está en fase de trámites.
El Banco de España también ha sido un punto recurrente todos estos años. El Ayuntamiento prometió que reivindicaría su uso como museo de la ciudad y no como Escuela de Fiscales. No pudo ser.
Puestos a prometer, también prometieron el resto de partidos que concurrieron en 2011 a las elecciones municipales aunque en su caso no tuvieran opción de materializar sus deseos. El PSOE quiso poner en marcha un centro andaluz del flamenco, unir la Concejalía de Turismo y Comercio y apostar por un consejo municipal turístico. Propuso un pacto local por el empleo y hacer unos presupuestos participativos barrio a barrio. Planteó crear una cantera del Granada CF en los colegios y una segunda línea de Metro que llegara hasta las Gabias, revisar la ordenanza de la convivencia y crear un billete único "contra los atascos".
Desde IU propusieron crear un plan integral en la zona Norte, la rehabilitación de viviendas, la recuperación de la Concejalía de la Mujer o la apuesta por la bicicleta como alternativa al transporte. Irrumpió por primera vez UPyD, quien irrumpía con la intención de hacer una reforma de la financiación local o de las leyes electorales.
Cuatro años después, otra cita con las urnas. Veremos si las de 2015 son un punto y seguido o un punto y final para muchos de los proyectos de la ciudad. Para todos los que concurren, una recomendación de Giuseppe Mazzini: "Las promesas son olvidadas por los príncipes, nunca por el pueblo".
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