El etarra Ugarte sufre una nueva agresión en otro módulo de Puerto 2
Él y Bilbao fueron trasladados tras ser atacados por presos comunes; a las horas, fue apaleado en el suelo por otros internos
El etarra Diego Ugarte fue víctima de una segunda agresión por parte de presos comunes el lunes en Puerto 2, sólo horas después de haber sido agredido junto al terrorista Unai Bilbao. Ugarte, que había sido trasladado junto con Bilbao al módulo C, tras la pelea que mantuvieron ambos por la mañana en el módulo D, en el que están destinados los presos más conflictivos, fue apaleado en el suelo por sus nuevos 'compañeros' de la prisión.
El terrorista se encontraba sólo en el patio en el momento de la segunda agresión, dado que el otro etarra se había ido para telefonear a sus familiares. Cuando Bilbao se marchó y Ugarte se quedó sólo, varios presos comunes se abalanzaron sobre él. Recibió un primer golpe en la cabeza que le dejó inconsciente, cayendo al suelo, momento en el que los internos comenzaron a patearlo. Mientras, otros presidiarios, según han asegurado a este diario fuentes de la prisión, cogieron las pertenencias de ambos, que aún tenían en bolsas, dado su reciente traslado al módulo, y las tiraron al suelo.
Tras percatarse de la nueva agresión, los funcionarios intervinieron rápidamente, evitando que la paliza tuviera mayores consecuencias. Aún así, Ugarte hubo de ser llevado a la Enfermería, para ser atendido de las contusiones que presentaba, con numerosos golpes en la cabeza y en el cuerpo.
Esa misma mañana Ugarte y Bilbao habían sido también atacados por presos comunes en el módulo D, al que habían sido trasladados hace un mes, a raíz de recibirse en Puerto 2 directrices expresas del Ministerio de Interior de poner fin al hasta ahora decretado aislamiento de los etarras en módulos separados, dando un paso más en la política de dispersión.
Estas nuevas órdenes habrían sentado como un tiro al resto de internos, al extremarse ahora las medidas de seguridad con los visitantes, lo que a la postre habría provocado la pelea inicial. El ambiente empezó a caldearse temprano, cuando los etarras acudieron al economato a comprar fuera del horario establecido, lo que motivó las recriminaciones de algunos internos. Después, en la sala de televisión, varios comunes se enzarzaron con los etarras, iniciándose una pelea, con lanzamiento de sillas por el aire, que cortaron los funcionarios. Mientras eran sacados de la sala, los terroristas profirieron amenazas de muerte contra los otros presos.
Los dos etarras emprendieron una huelga de hambre exigiendo garantías de que no se volverían a repetir hechos similares. Al final, tras la segunda agresión a Ugarte, acabaron siendo trasladados a otro módulo y aislados del resto de presos, como estaban antes de que Interior ordenara 'revolverlos', por lo que dejaron la huelga. Desde el colectivo de presos etarras se culpa a los funcionarios de 'azuzar' a comunes contra los terroristas. Pero personal de la prisión no descarta que los etarras los provocaran para ser aislados.
Las amenazas que profirieron por la mañana habrían provocado la nueva agresión de la tarde.
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