El SAS abre su sistema de cribado de mama a la lupa pública para aplacar la polémica

Expertos en radiología y responsables del Servicio Andaluz de Salud explican cómo se analizan las mamografías y garantizan que las imágenes y los informes "no pueden ser modificados ni eliminados" del sistema

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Procedimiento de análisis de las imágenes del programa de cribado de cáncer de mama en el Servicio Andaluz de Salud (SAS) / Redacción

En los últimos días, el programa andaluz de cribado poblacional de cáncer de mama ha sido objeto de un intenso debate público. El Servicio Andaluz de Salud (SAS) ha salido al paso de la polémica generada por la portavoz de Sumar, Inmaculada Nieto, que denunció en el Parlamento un supuesto borrado o retoque en las mamografías consultadas por pacientes a través de ClicSalud.

Los especialistas en radiología de hospitales andaluces consultados por este periódico explican que el programa de cribado de cáncer de mama se rige por un protocolo europeo que obliga a la doble lectura independiente de cada estudio, y que las imágenes quedan archivadas de forma inalterable en el sistema PACS, vinculado a la historia clínica.

Al otro lado, según expuso la diputada, algunas mujeres aseguran haber visto cómo, tras una caída temporal de la aplicación, desaparecían marcas radiológicas o el nombre del especialista que firmó el estudio en sus informes digitales. Dos mujeres han explicado en Radio Sevilla que los historiales que aparecían en sus pantallas esta semana son distintos a los de hace siete días. En los anteriores, el radiólogo había marcado con un círculo la posible lesión, se indicaban los nombres de los dos facultativos y el informe era mucho más amplio.

Esta posibilidad ha provocado la preocupación de mujeres usuarias y abierto un debate político que ha obligado al SAS a ofrecer explicaciones públicas. Tanto el organismo como los especialistas que trabajan en el programa de cribado insisten en un mensaje común: las mamografías y sus informes no pueden modificarse ni eliminarse una vez archivados en la historia clínica digital.

Un proceso clínico con doble lectura

En un comunicado oficial, el SAS aclara que el procedimiento de análisis de las mamografías del programa de cribado se realiza mediante doble lectura independiente, tal y como establecen las guías europeas y españolas de detección precoz del cáncer de mama.

Cada exploración es valorada por dos radiólogos distintos, que trabajan sin conocer la lectura del otro para evitar sesgos y aumentar la fiabilidad diagnóstica. "Este sistema incrementa la capacidad de detección de lesiones entre un 5 y un 15%", subraya el texto.

Durante esa lectura, los especialistas pueden generar una "imagen clave", una copia de la proyección original sobre la que se marcan las zonas de interés. Se trata de una herramienta de uso interno y voluntario, que queda grabada en el historial radiológico de la paciente. "No se sustituyen ni se eliminan las imágenes originales, que siempre permanecen guardadas en el sistema", destaca el comunicado.

Radiólogos de hospitales consultados por este periódico, confirman que esta práctica es común en las unidades de mama de toda Andalucía. "La imagen clave sirve para orientar a un segundo lector o a un especialista hospitalario que retome el caso, pero en ningún caso se borra el material original", explican los profesionales. "Lo que a veces confunde a las pacientes es que en el visor puedan aparecer dos versiones de la misma proyección: una con marca y otra sin ella. Ambas son válidas y forman parte del mismo estudio", aclaran.

"Es técnicamente imposible borrar"

La coordinadora de las Unidades de Mama del SAS y jefa del servicio de Radiodiagnóstico del Hospital Universitario Virgen de la Victoria de Málaga, Mercedes Acebal, descarta de forma rotunda cualquier posibilidad de manipulación. "Tal y como se realiza hoy día, es imposible. Las imágenes se almacenan en el sistema PACS, vinculado a la historia clínica digital. No se pueden borrar ni modificar. Los profesionales sanitarios podemos consultarlas, pero no alterarlas. Además, todo queda registrado con trazabilidad: quién entra, cuándo y para qué", detalla.

El SAS defiende la seguridad de ClicSalud y el cribado de mama / D. S.

Esa trazabilidad, aseguran los técnicos, actúa como un "rastro digital" que permite conocer en todo momento qué usuario ha accedido a una imagen o a un informe. "Cualquier alteración dejaría huella, y no existe constancia de ello", subraya Acebal, que defiende la solidez del sistema andaluz. "El cribado poblacional de Andalucía es muy garantista y cumple todos los criterios europeos de calidad. Está en manos de profesionales altamente cualificados que trabajan con un protocolo exquisito", apostillan.

En las unidades de mama de los hospitales, el protocolo es idéntico. Los radiólogos consultados por este diario, coinciden en que el sistema informático no permite alterar retrospectivamente una imagen o un informe. "Podemos añadir una marca durante la lectura, pero una vez cerrado el estudio, no hay posibilidad de modificarlo", explican. "Si un segundo radiólogo ve una lesión y la señala, esa marca se guarda como una imagen adicional, no como un cambio sobre la original", apostilla.

Estos especialistas destacan que el cribado andaluz utiliza el software de lectura estructurada más avanzado disponible en el sistema sanitario público. Cada exploración queda vinculada de forma automática a los datos de la paciente y al identificador del profesional que realiza la lectura. "La seguridad de la información es absoluta", insisten. "Incluso si un fallo técnico impidiera la visualización temporal de un estudio en ClicSalud, la imagen seguiría almacenada y accesible para los equipos médicos", añaden.

Por su parte, el responsable de Infraestructuras Digitales del SAS, Luis Santiago Sánchez, atribuye la confusión a un problema de saturación temporal del portal ClicSalud, no a una alteración de los informes médicos. "Tuvimos un pico de accesos sin precedentes, con más de 400 consultas por hora cuando lo habitual es entre 10 y 15. El sistema no estaba diseñado para esa carga y algunos usuarios recibieron errores de visualización. Pero la información nunca se perdió ni se modificó", explica.

Santiago Sánchez defiende la transparencia del sistema, que considera "una herramienta pionera en España". "ClicSalud permite a los ciudadanos consultar sus pruebas desde casa, algo que va más allá de lo que exige la ley. Todos los datos se almacenan en servidores redundantes, con copias de seguridad y auditorías constantes. Ni los radiólogos ni el personal administrativo pueden eliminar un estudio", asegura.

Una cadena de confianza clínica

Desde el punto de vista médico, el cribado funciona como una cadena de control clínico en varios niveles. Las radiólogas Esperanza Elías y Marina Álvarez, del Hospital Reina Sofía de Córdoba, detallan que cada mamografía consta de cuatro proyecciones (dos por mama) y que ambas lecturas independientes determinan la categoría BI-RADS y el manejo posterior de la paciente.

"Si cualquiera de los dos radiólogos considera que hay una sospecha, la mujer es citada para valoración hospitalaria. No se deja al azar. Todo queda archivado en su historia clínica, junto con las imágenes y los informes de ambas lecturas", explican.

En este sentido, los profesionales consultados remarcan que el sistema "no sólo es seguro, sino también auditado y revisado periódicamente por comités de calidad". "Cualquier fallo técnico o incidencia informática se detecta y se documenta", apuntan.

Polémica aparte, los radiólogos consultados coinciden en que la especialidad sigue anclada en un método marcado por "precisión, trazabilidad y responsabilidad profesional". "Entendemos la inquietud de las pacientes, pero las mamografías no se borran ni se modifican. Detrás de cada informe hay dos pares de ojos entrenados, un protocolo de calidad y un sistema informático seguro", sentencian.

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