El acusado del secuestro de Rafael Ávila se niega a contestar las preguntas del fiscal
Los ocho imputados han comparecido hoy en la primera sesión de este juicio, que previsiblemente durará dos semanas
Luis Miguel Rodríguez Pueyo, principal acusado del secuestro del empresario gaditano Rafael Ávila en junio de 2008, se ha negado a contestar a las preguntas del fiscal en la primera sesión del juicio que se ha iniciado hoy en la Audiencia Provincial de Cádiz.
Rodríguez Pueyo, junto a otras siete personas, están acusadas de secuestrar al empresario gaditano durante dieciséis días en la cuadra de un chalet de Almonte, en el que permaneció retenido hasta ser liberado por el Grupo Especial de Operaciones (GEO) de la Policía Nacional.
El fiscal pide para el acusado veintiocho años de prisión, y para otros cinco procesados veintidós años, entre ellos, el también empresario Manuel Ibáñez y Raúl Brey Ábalo, primo del presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, y dueño del chalet en el que la víctima estuvo secuestrada.
Los ocho imputados han comparecido hoy en la primera sesión de este juicio, que previsiblemente durará dos semanas, y que se ha iniciado con el interrogatorio de Rodríguez Pueyo, que ha dicho que sólo quiere contestar a las preguntas del tribunal y de su abogado defensor.
No obstante, el fiscal ha lanzado su batería de preguntas y ha pedido que se escuchen en la sala las grabaciones de distintas conversaciones telefónicas intervenidas a los acusados y en las que Rodríguez Pueyo dice a algunos de los secuestradores que "esperen" sus órdenes.
En su escrito, el fiscal explica que Rodríguez Pueyo suplantó la identidad de su hermano -fallecido en el 2000-, y que montó diversas sociedades con algunos de los acusados, con los que decidió secuestrar a Rafael Ávila -con quien habían tratado acerca de negocios inmobiliarios-, y pedir a su familia un rescate de diez millones de euros que posteriormente rebajaron a dos.
La víctima, según el fiscal, aún padece numerosas secuelas, como "pesadillas" y "estrés postraumático" -por los que continúa necesitando tratamiento médico-, debido a las "pésimas" circunstancias en las que le mantuvieron sus secuestradores, que lo "amordazaron", "ataron" y "sedaron" con pastillas tranquilizantes.
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