La presencialidad será la tónica general en las universidades andaluzas el próximo curso. Así ha quedado claro este viernes en la reunión que mantuvo el consejero de Transformación Económica, Industria, Conocimiento y Universidades, Rogelio Velasco, con los rectores de la comunidad andaluza para planificar el nuevo ejercicio académico que comenzará a finales de este mes en la mayoría de las instituciones de enseñanza superior. Para que este regreso a la máxima normalidad sea factible, Velasco pide al Gobierno central que “flexibilice” las medidas preventivas frente al Covid, debido a la nueva situación sanitaria tras la campaña de vacunación. De igual, también propone que los campus acojan centros de vacunación para estudiantes, docentes y trabajadores que no hayan recibido las dosis correspondientes.

El curso que comenzará en breve en las universidades será muy distinto al anterior. Al menos, eso es lo que pretende el Ejecutivo andaluz y los rectores de las universidades de esta comunidad, que en el encuentro mantenido este viernes han dejado clara la necesidad de que los alumnos regresen a las facultades y centros, después de un ejercicio académico en el que ha habido que recurrir a la enseñanza telemática más de lo deseado. El objetivo principal es que la educación on line sea sólo una herramienta “excepcional” y que la presencialidad se convierta en la tónica general.

Varios factores respaldan esta apuesta. El principal, la nueva situación sanitaria que se ha creado tras la campaña de vacunación, que ha permitido que la mayoría de la comunidad universitaria se encuentre ya inoculada frente al Covid. Según el último informe de la Consejería de Salud y Familias, el 62,7% de los jóvenes andaluces de entre 18 y 24 años (la edad con la que se estudia en las facultades y centros) ha recibido las dos dosis y el 77,6%, una. Porcentajes que aumentarán cuando arranquen las clases. A ello se une la inmunización de los docentes, investigadores y personal de administracion y servicios, que suman en total en toda la comunidad 30.000 personas, a las que hay que añadir los 240.000 estudiantes del próximo curso.

Por tal motivo, el consejero de Universidades ha pedido al Ejecutivo de Pedro Sánchez que adapte las medidas de prevención frente al Covid, que fueron fijadas por el Ministerio de Sanidad y el de Universidades el pasado 16 de julio, cuando comenzaba una quinta ola de contagios, que ya ha sido superada. Velasco recuerda que ese documento incluye la posibilidad de actualizar las directrices si se producen cambios en la situación epidemiológica. Dicha modificación facilitaría que la presencialidad fuera máxima en las aulas universitarias, donde habrá que seguir usando la mascarilla y mantener una distancia de seguridad entre alumnos de, al menos, 1,2 metros.

Clases presenciales en la Universidad Pablo de Olavide.

Esta separación es el principal inconveniente con el que se encontrarían los decanos y directores para impartir enseñanza presencial, especialmente en las titulaciones con mayor número de alumnos. En tales casos, Velasco contempla que se desdoblen los grupos y que en dichas circunstancias uno reciba las clases directamente del profesor y el otro lo haga de forma telemática, a través de la pantalla, pero no desde casa, como ocurrió el curso pasado, sino desde un aula de la propia facultad.

Con la intención de que el riesgo de contagios en las universidades resulte mínimo, el consejero ha propuesto a los rectores la posibilidad de que los campus acojan puntos de vacunación. El objetivo de este servicio es que a los estudiantes que, por cualquier circunstancia, no han recibido las dosis reglamentarias se les facilite en estos puntos sin necesidad de desplazamiento y en un plazo de tiempo más breve. En todo caso, cada universidad deberá contar con un plan de contingencia que incluya un protocolo de actuación en caso de que se confirme un positivo de Covid en sus instalaciones o haya algún sospechoso de contagio.