Actualidad Provincia

Un legado patrimonial que se renueva cada año

  • Cultura. La provincia es un reclamo para los amantes del patrimonio histórico y religioso, así como por sus fiestas peculiares de arraigada tradición vinculadas a la Semana Santa

Cuando todas las miradas apuntan a la capital, conviene recordar que los pueblos de Sevilla tienen un patrimonio artístico y religioso enorme, rico y variado vinculado a la Semana Santa que se estudia en los libros de Historia del Arte y, en muchos casos, ha sido catalogado como Fiesta de Interés Turístico Nacional de Andalucía (Fitna).

El Cristo de San Felipe pertenece a la Hermandad de la Amargura de Carmona, de la iglesia de San Felipe, y es la imagen más antigua de la provincia. Es una talla que perteneció a la primera viga de imaginería de la parroquia colocada en el altar mayor a poco de haber sido consagrada la parroquia a fines del siglo XIII o durante los primeros años del XIV. La primera noticia que tenemos de ella data del año 1521, donde se cita, al bajarla para la colocación de la nueva imaginería realizada en aquel año. Sabemos que fue sustituido por otro crucificado, precisamente el mismo que es titular de esta cofradía de penitencia, el Señor de la Amargura, obra de Jorge Fernández Alemán. La siguiente noticia la da una procesión extraordinaria que, durante la peste del año 1585 y convocada por el cabildo de Carmona, se realizó al convento de Gracia junto con la imagen de los Remedios y San Sebastián. Este hecho significativo evidencia la extraordinaria devoción que ya había en esta época por el pueblo de Carmona.

Carmona tiene al Cristo más antiguo de la provincia, de finales del siglo XIII

En un inventario del siglo XVI se cita la escultura que se localizaba entonces en un retablo de la nave de la Epístola, junto a la sacristía del templo. Más tarde, en otro inventario en 1668 vuelve a aparecer en el mismo lugar, pero dando una valiosa información al citarlo como perteneciente a una antigua hermandad de ánimas. A mediados del siglo XVIII, concretamente en 1763, se realiza un nuevo retablo para el testero de la nave del Evangelio dedicado a la capilla del Sagrario. Este retablo estaba presidido por este crucificado.

Hoy, Viernes Santo por la mañana, la Hermandad de Jesús Nazareno, Nuestra Señora de los Dolores y San Juan de Aguadulce saca a estas tres imágenes por las calles del pueblo. Y el Sábado Santo por la tarde sale en procesión la Hermandad del Santo Entierro, con los pasos del Cristo yacente, la Virgen de los Dolores y San Juan, teniendo lugar el tradicional lanzamiento de tiros a las 0:00 para anunciar la Resurrección de Cristo.

En El Rubio, hoy hace su estación de penitencia la Hermandad del Santo Entierro de Cristo y María Santísima de los Dolores.

La talla del Nazareno de Casariche es la más antigua del municipio. Fue lo único que pudo salvarse de los brutales incendios que se produjeron en la parroquia de la Encarnación en 1936.

El Cristo de los Remedios de Montellano es uno de los crucificados más grandes de cuantos reciben culto en la provincia de Sevilla. La talla es de finales del siglo XIX. Por otro lado, el Cristo de la Sangre es el de mayor devoción en Pedrera por su historia. Dicen que esta imagen iba destinada al municipio de Antequera, pero cuando iba pasando por Pedrera, en un carro tirado por bueyes, de repente los bueyes se detuvieron donde ahora está su ermita.

La talla del Señor de la Humildad y Paciencia de Constantina fue la única que se pudo salvar de la destrucción de la Guerra Civil gracias a que el sacerdote José Melendo Campos la ocultó dentro de una tinaja llena de aceite. Por ello, se le conoce popularmente como el Cristo del Aceite.

En 1592 se fundó en Gerena una cofradía para dar culto a la imagen de Nuestra Señora del Rosario. En 2011 comenzaron los trámites en el Palacio Arzobispal para su reconocimiento como hermandad.

En Almadén de la Plata hay una fiesta típica el Domingo de Resurrección, que consiste en elaborar muñecos rellenos de paja, serrín y pasto y se colocan por las calles a la espera de ser matados por los tiradores, que suelen ser personas del mismo pueblo que se ofrecen a tal fin. Estos muñecos representan alguna escena de la actualidad. Y la escena es reflejada en un texto, en prosa o en verso. Un jurado evalúa los carteles y los muñecos y se procede a la entrega de premios en dos categorías, adultos e infantil.

Para terminar la jornada, los melojeros comen en el campo y toman el postre típico de ese día: el hornazo.

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