Juan José Fuentes | Pintor

"Hasta el absurdo de la vida me interesa"

  • El artista protagoniza y es el comisario de la exposición 'Miscelánea' del Real Alcázar, que este domingo se despide del público dejando tras de sí una explosión de color, hedonismo y alegría

Juan José Fuentes en su estudio sevillano.

Juan José Fuentes en su estudio sevillano. / José Ángel García

Juan José Fuentes (Benamejí, Córdoba, 1954) asegura que entró "a saco" en su propio almacén para seleccionar las 46 obras inéditas que integran Miscelánea, la muestra que este domingo se clausura en el Real Alcázar. Él es también el comisario de esta exposición integrada por piezas datadas entre 1983 y 2019 y con la que, a sus 66 años, ha cumplido con creces el reto de asombrar y llenar de ritmo y color el Salón del Apeadero. La figuración libre, expresionista y de algún modo órfica que practica desde hace años bulle en el recinto palaciego.

-¿Cuál fue el punto de partida o la génesis de estos cuadros?

-Yo siempre parto de lo que Picasso llamaba el dibujo automático porque el torrente de ideas, a poco que lo practiques con rigor, llega en cascada. Luego trabajo con mucho rigor todos esos temas que afloran desde el inconsciente. Y es que el surrealismo es una influencia constante en mi obra, me inspiro mucho en asociaciones y principios oníricos. Incluso el absurdo de la vida me interesa.

-Entre los aspectos formales de sus cuadros destaca sobre todo el color. ¿Cómo llega a cultivar esa paleta tan personal?

-El color toma importancia en mi obra desde la época en que estudiaba Bellas Artes y, especialmente, gracias al impacto que me produjo ver la obra de mi profesor Miguel Pérez Aguilera en la galería Melchor. Allí asimilé una serie de ideas pictóricas que sigo cultivando, como las armonías disarmónicas. Diría que mi paleta es espiritual y se basa en la unión de contrarios, investigo con fruición los colores complementarios. Pero no tengo un color favorito.

-En sus cuadros representa animales dislocados, rostros metamorfoseados, paisajes irreales... ¿Qué temas prefiere explorar?

-Mi pintura podría llamarse de denuncia: me interesan la naturaleza, la mujer, la infancia... Soy un pintor con el corazón verde.

Obra que Juan José Fuentes presenta en 'Miscelánea'. Obra que Juan José Fuentes presenta en 'Miscelánea'.

Obra que Juan José Fuentes presenta en 'Miscelánea'. / Galería César Sastre

-En su pintura la crítica asegura constatar el peso del barroco y una tendencia expresionista. ¿En qué tradición se reconoce?

-El volumen de raíces barrocas y el ukijo-e, el arte japonés de las tintas planas, han sido esenciales para mí. Y conservo una querencia especial por Picasso, los nabis, la escuela española de París, Luis Gordillo y Chema Cobo.

-Usted es algo mayor que los pintores aglutinados en torno a la revista Figura y la galería La Máquina Española. ¿Qué relación tiene con su propia generación?

-Aunque está muy desperdigada tanto en estilos como lugares mi generación existe. Pienso en Leiko Ikemura, Rafael Zapatero, Pedro Simón, Juan Lacomba, Emilio Parrilla, Juan Leyva… Lo que no encuentro son características comunes entre nosotros.

-¿Cómo ve la escena artística andaluza? ¿Qué carencias detecta y le gustaría mejorar?

-La encuentro proteica e investigadora a partes iguales. Hay una serie de nombres con mucho talento y una excelente hoja de resultados. Lo que echo de menos es una sociedad más preocupada por cuidar ese tesoro creativo que tiene y potenciarlo con becas, investigaciones públicas y privadas... Soy optimista, en los próximos años recogeremos lo que se ha ido lanzando al viento, porque el arte nos enseña continuamente y en esa labor los críticos y las galerías resultan esenciales.

-Su pintura se revela como una invitación al humor y la ironía, por ejemplo en la serie de Marcos añadidos que cierra el recorrido.

-Esa serie nació a partir de unos dibujos automáticos y está hecha con óleo sobre tela de gabardina. Es una tela que casi no había que preparar y yo hacía los dibujos basándome en cuadernos y libretas previos, de los que surgieron temas como mi mapa funerario, el viaje a Ítaca o los motivos florales. Usé una veladura seca y blanca para quitarle potencia en algunos sitios al color y pude plantear una serie más sutil y literaria que me ha dado muchas satisfacciones.  

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