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Exposición en Madrid

El espíritu Eduardo Arroyo regresa a bordo de su 'Buque fantasma'

  • El Jardín Botánico de la capital española acoge una muestra que incluye el último gran lienzo que pintó el artista un par de meses antes de morir

Un visitante fotografía este viernes en Madrid el lienzo de Eduardo Arroyo 'El buque fantasma'.

Un visitante fotografía este viernes en Madrid el lienzo de Eduardo Arroyo 'El buque fantasma'. / J. J. Guillén (Efe)

El artista Eduardo Arroyo tenía "verdadera emoción" por estar en el Real Jardín Botánico de Madrid y tres meses después de su muerte así ha sido gracias a la exposición Eduardo Arroyo. El buque fantasma, una muestra en la que se puede contemplar su última obra, llamada como el subtítulo de la exposición y que finalizó el pasado 14 de agosto, un par de meses antes de su fallecimiento.

"Lo pintó de noche, cuando se encontraba mal y ya no tenía fuerzas, aunque él no se daba cuenta, se levantaba, pintaba y lo terminó, como él quería", recordó ayer su viuda, Isabel Azcárate, durante la presentación de esta muestra que se podrá visitar desde hoy hasta el próximo 17 de marzo en el Pabellón Villanueva del Botánico madrileño.

La exposición reúne 38 obras entre esculturas y pinturas producidas por el artista, Premio Nacional de Artes Plásticas 1982 y nombrado por el Gobierno francés Caballero de las Artes y de las Letras, pues el madrileño se exilió a Francia en 1958 y no volvió a España hasta el final de la dictadura franquista.

Aunque la muerte le llegó a Arroyo cuando aún "quería seguir viviendo", cuenta su viuda, su espíritu está presente en esta muestra ya que detrás de cada obra está este pintor, escritor y escultor que se fue con la satisfacción de "haber dicho y hecho todo lo que quería".

Y así fue como entre junio y agosto de 2018 dio vida en su taller de Robles de Laciana (León) a El buque fantasma, un gran lienzo (con unas dimensiones de 200 x 300 cm.) inspirado en la famosa leyenda del marinero maldito recreada en la música de Richard Wagner para la ópera Tristán e Isolda. En el cuadro aparece un gran submarino marrón de ruedas naranjas, flanqueado por dos caballitos de mar rojos y un fondo repleto de máscaras de Fantomas, el personaje literario creado por Marcel Allain.

"Siempre le gustó disfrazarse, le divertía taparse, estar y no estar", explica su viuda sobre el motivo de la presencia de máscaras no sólo en este lienzo, sino en varias otras pinturas de la exposición, en la que se pueden apreciar algunas de sus referencias literarias, desde el Dorian Gray de Oscar Wilde al Moby Dick de Melville o el muy español Don Juan Tenorio de Zorrilla.

Una de las esculturas que recoge también la exposición Una de las esculturas que recoge también la exposición

Una de las esculturas que recoge también la exposición

Comisariada por Fabienne Di Rocco, esta exposición situada donde el propio artista quería –no en vano, él personalmente organizó la muestra antes de su muerte– pone el broche final a una trilogía expositiva que empezó en 2017 en la Fundación Maeght de Saint-Paul-de-Vence (Francia) y continuó en 2018 en el Museo de Bellas Artes de Bilbao.

Durante la presentación de la muestra, Di Rocco (uno de los tres herederos de Arroyo junto a su viuda y su hijo) contó también que el pintor dejó tras su muerte dos obras "inacabadas": Tres visitadoras en la cocina de Ágatha Christie y La bella y la bestia.

En el primero de ellos el lienzo cuenta sólo con el retrato de la escritora y en el segundo únicamente con la cabeza de Lenin (estaba proyectado que también estuvieran las de Stalin, Mao y Marx). Dos lienzos cuyo final aún desconoce la familia, quien, según la viuda, sí que tiene la intención de poner en marcha la biblioteca que no pudo ver finalizada en su casa familiar de Robles de Laciana. 

En esa localidad leonesa se consevará toda la colección bibliográfica de Arroyo, en cumplimiento del deseo del artista, que puso también otra condición: la de mantener tal cual los estudios que poseía tanto en ese pueblo como en Madrid. Eso sí, matizó su viuda, no se creará ninguna fundación con su nombre: "Él no quería fundación, lo único que nos dijo era que guardáramos sus cuadros y su biblioteca".

En este sentido, según adelantó también el secretario de Estado de Fomento y presidente de la Fundación Enaire, Pedro Saura, con esta exposición que ahora se abre en Madrid comenzará en 2020 la actividad del futuro centro cultural Las Naves de Gamazo de Santander.

La exposición se completa con la proyección de la película Arroyo. Exposición individual, producida en 2011 y donde el artista realiza un extenso y apasionante monólogo de 24 horas de duración; así como con un la edición del libro Eduardo Arroyo. El buque fantasma, que contiene 41 imágenes y dos textos de Fabienne Di Rocco y el escritor Julio Llamazares.

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