Arte

El museo del arte censurado

  • El empresario Tatxo Benet dispone de unas 60 obras vetadas por distintas autoridades del mundo con las que planea crear un centro "de la libertad"

  • En la colección hay obras de Ai Weiwei, prohibido en China, o Santiago Sierra, vetado en ARCO

La serie de Santiago Sierra 'Presos políticos de la España contemporánea', poco antes de ser retirada de Arco 2017.

La serie de Santiago Sierra 'Presos políticos de la España contemporánea', poco antes de ser retirada de Arco 2017. / Fernando Villar (Efe)

Presos políticos de la España contemporánea, una serie de 24 fotografías de Santiago Sierra que fueron retiradas de ARCO hace año y medio, iniciaron la colección de "arte censurado" de Tatxo Benet, que ya posee cerca de 60 obras que expondrá a partir de 2020 en un museo que él llama "de la libertad".

Benet, fundador junto a Jaume Roures de Mediapro, acaba de adquirir la escultura de una esclava sexual coreana de la Segunda Guerra Mundial cuya exhibición ha sido prohibida por las autoridades japonesas, explica este empresario y periodista.

Esta pieza, un bronce pintado de 145 centímetros de altura y titulado Statue of a girl of peace, es obra de los artistas y activistas coreanos Kim Eun-Sung y Kim Seo-Kyung, que suelen colocar esta clase de figuras –unas de pie, otras sentadas– en lugares próximos a sedes diplomáticas japonesas.

El pasado domingo, en la Trienal de Arte de Aichi, el gobernador de la prefectura de la región, Hideaki Omura, cerró la exposición After Freedom of Expression [Después de la libertad de expresión], compuesta por obras que han causado polémica en Japón y en la que se exhibía esta pieza, debido a las protestas de algunos visitantes. La escultura, dicen sus autores, homenajea a las coreanas que en la Segunda Guerra Mundial fueron "ofrecidas" a los soldados japoneses como "confort girl".

La niña, de unos 14 años y con el traje tradicional coreano que simboliza lo rural y doméstico, tiene los puños cerrados, los pies descalzos y levantados y en el hombro un pájaro, intermediario con las jóvenes ya fallecidas. A su lado, una silla vacía, en la que el público podía sentarse, no sólo para las que ya no estaban sino para las "escondidas" que nunca pudieron considerarse públicamente víctimas.

La primera escultura sobre las esclavas sexuales, de 2011, se colocó frente a la embajada de Japón en Seúl. En 2015, Japón se negó a subvencionar la creación de una fundación de ayuda a estas mujeres a menos que se retirase de allí la pieza. No se quitó y en la actualidad hay instaladas 104 en Corea del Sur. "Es un doble contrasentido porque no sólo se censura una obra artística sino que se clausura una exposición contra la censura. En cuanto me llegó la información nos pusimos en contacto con los artistas coreanos y la adquirimos", explica Benet.

‘Statue of a girl of peace’, de los coreanos Kim Eun-Sung y Kim Seo-Kyung, la última adquisición del empresario. ‘Statue of a girl of peace’, de los coreanos Kim Eun-Sung y Kim Seo-Kyung, la última adquisición del empresario.

‘Statue of a girl of peace’, de los coreanos Kim Eun-Sung y Kim Seo-Kyung, la última adquisición del empresario. / Efe

El empresario no quiere decir el precio que ha pagado por esa obra ni por ninguna de las que tiene: "Alguna de ellas tiene un valor muy importante pero también es cierto que muchos artistas, cuando les explicamos por qué las queremos comprar y el uso que queremos hacer de ellas, rebajan mucho sus pretensiones económicas", precisa.

Sí trascendió el precio de Presos políticos de la España contemporánea, 80.000 euros (96.800 con el 21% de IVA), una obra que en aquel entonces Benet tenía propósito de poner "a disposición de cualquier museo o galería de arte de toda España gratuitamente" porque le parecía "intolerable" que hubiese sido descolgada de ARCO. Esta obra de Santiago Sierra –retirada por la galería a petición de Ifema, que consideraba que perjudicaba la "visibilidad" del resto de la feria por la polémica suscitada– fue el inicio de una colección que no para de crecer.

"Después de esa, empecé a comprar otras y a interesarme por situaciones que pasaban en otros países y compré obras de todo el mundo en plan aficionado, aunque hay gente que sabe lo que estoy haciendo y me pone sobre aviso", afirma. El empresario espera abrir su colección al público dentro de poco, probablemente el año que viene y para eso, para disponer de un lugar fijo y grande, están sopesando fórmulas distintas. "Estamos buscando locales pero hay centros de arte que ya se han interesado. Haremos en Barcelona un museo de la libertad donde esas piezas tendrán la posibilidad de ser libres", asegura.

Tiene varias piezas españolas pero también las hay de Francia, Turquía, China, Inglaterra, Argentina, Estados Unidos y de países árabes y todas han sido censuradas, aunque los motivos varían y los hay políticos, religiosos, sexuales, sociales, morales... Además de la escultura coreana, el empresario catalán acaba de adquirir un retrato hecho con figuras de Lego firmada por Ai Weiwei, cuya obra está "en su totalidad" censurada por el Gobierno chino. Destaca también Benet como "una cosa muy divertida" la compra del cartel de una obra teatral de principios de los años 80, Pens, que se publicitaba con un cartel que era "un primer plano de los genitales del David de Miguel Ángel y por el que el fiscal general de Barcelona les puso una multa".

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