Deja Exteriores

García-Margallo, el jefe más político de la diplomacia

  • En cinco años como ministro de Exteriores no ha obviado ningún tema por polémico que fuera, ya sea Cataluña, Gibraltar o Venezuela, y ha dotado a la política exterior de un nuevo marco legislativo con la aprobación de numerosas leyes.

José Manuel García-Margallo deja el Gobierno tras casi cinco años como ministro de Exteriores en los que no ha obviado ningún tema por polémico que fuera, ya sea Cataluña, Gibraltar o Venezuela, y ha dotado a la política exterior de un nuevo marco legislativo con la aprobación de numerosas leyes. El ya ex ministro ha sido un trabajador incansable, que no ha tenido miedo a forjarse enemigos por defender sus convicciones y que llegó a su despacho -donde ha ejercido su labor rodeado de mapas, fichas, documentos y un cuadro del Peñón de Gibraltar- con un vasto conocimiento de la política internacional. Su gran experiencia en asuntos de la Unión Europea y sus notables conocimientos en materia de economía, así como su buena reputación en la Eurocámara, donde trabajaba desde 1994, fueron claves para que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, le otorgara la responsabilidad de pilotar la diplomacia española.

Con más de 35 años de diputado a las espaldas, la mitad en Europa y la otra en el Congreso, García-Margallo seguirá ahora en la Cámara Baja ejerciendo de parlamentario por la circunscripción de Alicante. Él mismo asumió en las últimas elecciones europeas, celebradas en 2009, que era la recta final de su carrera, porque, como aseguraba entonces, "el tiempo nos alcanza en política".

Sin embargo, Rajoy le puso en 2011 al mando de la cartera de Asuntos Exteriores y ha sido el segundo ministro más valorado del Gobierno, después de la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, con quien ha mantenido un evidente enfrentamiento.

Estrecho amigo de Mariano Rajoy desde hace años, se le supone cabecilla del llamado G8, el grupo de los ocho ministros más cercanos y amigos del presidente del Gobierno, aunque algunos acontecimientos del último año les ha llevado a distanciarse.

Analista refinado, buen orador y de carácter abierto y cordial, siempre ha expresado su opinión en todos los temas, aunque le costara críticas incluso dentro del Gobierno, y ha sido tajante en sus decisiones, como por ejemplo en la destitución de embajadores cuando ha sido necesaria.

Artífice de leyes como la de Acción Exterior, la de Tratados Internacionales y el Reglamento de la Carrera Diplomática, ha viajado estos años por los cinco continentes y se ha implicado personalmente en algunos de los principales conflictos mundiales (viajando a Libia e Irak), así como a países del Magreb para acompañarles en la transición a la democracia tras la Primavera Árabe.

García-Margallo ha sido el ministro más veterano de Rajoy, nació en Madrid el 13 de agosto de 1944, es licenciado en Derecho por la Universidad de Deusto (Bilbao) e inspector de Finanzas del Estado desde 1968. Europeísta convencido, la carrera de diputado de García-Margallo arrancó con las Cortes Constituyentes en 1977 por la Unión de Centro Democrático (UCD) de Adolfo Suárez.

Desde que tomó posesión de su cargo el 22 de diciembre de 2011, siempre se ha implicado en el proceso soberanista catalán y ha defendido que una Cataluña independiente quedaría fuera de la UE. Ha sido su implicación en este asunto la que le ha acarreado las mayores críticas, no sólo por sus declaraciones sino también por el hecho de que fuera un ministro de Exteriores quien las hiciera, lo que no le impidió participar en un debate electoral con el líder de ERC, Oriol Junqueras.

Gibraltar ha sido su otra obsesión esta legislatura. Nada más tomar posesión, dejó clara su postura en una conversación con un eurodiputado británico al que soltó: "Gibraltar, español". Durante su mandato, ha afrontado un deterioro en las relaciones con el Gobierno venezolano de Nicolás Maduro, llamando a consultas hasta en dos ocasiones al embajador en Caracas.

La Marca España ha sido "la niña de sus ojos", a la que ha llevado a cada rincón del mundo. La intensa campaña que llevaron a cabo García-Margallo y su equipo hizo que España consiguiera un asiento no permanente en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas durante 2015 y 2016.

Durante esta legislatura, el Gobierno de Rajoy y el Ministerio de Asuntos Exteriores han tenido que hacer frente a varios secuestros de españoles, a episodios difíciles como la decisión del Gobierno argentino de expropiar YPF a Repsol o el caso Carromero, el dirigente de Nuevas Generaciones condenado en Cuba por homicidio imprudente y repatriado posteriormente a España. García-Margallo domina el francés e inglés y entiende el italiano y el portugués.

Al margen de su labor política, ha escrito varias obras centradas en la crisis y en el papel de Europa, y como ministro le dedicó muchas horas a su último libro, "Todos los cielos conducen a España. Cartas desde un avión". Y es que la distancia y la tranquilidad que dan los largos tiempos que García-Margallo ha pasado en un avión le han servido para trabajar incansablemente junto a su equipo, sus innumerables papeles, fichas, con su inseparable agua con limón.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios