Se acerca el verano (y, con él, las temidas cucarachas): actúa antes de que se conviertan en un problema
Contenido Patrocinado
Con la llegada del calor, todo cambia: los días se alargan, nos apetece más estar en la calle, organizar comidas con amigos y ventilar la casa. Pero, mientras nosotros lo celebramos, hay alguien más que también está "frotándose las manos" (o, en este caso, las patas): las cucarachas. Esos desagradables bichos que parecen salidos de una pesadilla vuelven a la carga en cuanto suben las temperaturas, y lo hacen con fuerza, porque las condiciones son perfectas para que se multipliquen a toda velocidad. Por eso, si no quieres que tu casa o tu negocio acaben convertidos en un auténtico campo de batalla, es mejor que empieces a tomar medidas cuanto antes.
¿Por qué aparecen más cucarachas en verano?
Las cucarachas adoran el calor. Y cuando decimos “adoran”, es literal. Les va la vida en ambientes húmedos, cálidos y con acceso fácil a comida. Es decir, cocinas, baños, trasteros y garajes están en su top de lugares favoritos. Durante el invierno se esconden, se mueven poco, y su actividad disminuye bastante. Pero en cuanto el termómetro empieza a subir, salen de sus escondites como si no hubiera un mañana. Y claro, ahí empiezan los problemas: la reproducción se acelera, las colonias crecen en silencio, empiezan a proliferar las cucarachas pequeñas y, cuando te das cuenta, ya tienes un buen lío montado. Lo peor es que muchas veces, si ves una, hay muchas más que no ves, lo cual debería ponerte en alerta.
Las cucarachas no vienen solas
Una cosa que mucha gente no tiene en cuenta es que las cucarachas, además de ser repulsivas, son un foco de problemas de salud bastante serios. Transportan bacterias, hongos y virus que pueden causar infecciones intestinales, alergias y problemas respiratorios. Caminar por encima de utensilios de cocina, envases o superficies donde preparas comida puede convertir algo tan simple como hacerte un bocadillo en una fuente de riesgo. Además, sus excrementos y mudas de piel quedan por todas partes y son casi imposibles de detectar a simple vista. A nivel doméstico, esto ya es un drama; pero en bares, restaurantes u hoteles, puede derivar en sanciones, pérdida de clientes y hasta cierres temporales. Y todo por no actuar a tiempo.
Control profesional: mucho más que un bote de spray
Sí, todos hemos caído alguna vez en la tentación de ir al supermercado y comprar un insecticida de los que prometen “efecto inmediato”. Y sí, puede que con suerte consigas matar alguna cucaracha despistada. Pero eso no soluciona el problema. Las infestaciones serias requieren conocimiento, herramientas adecuadas y productos específicos que no están al alcance del consumidor. Un servicio profesional de control de plagas hace mucho más que rociar un espray: analiza la situación, localiza los focos de entrada, estudia el comportamiento de la plaga y aplica soluciones a medida, adaptadas a cada espacio. Además, realizan un seguimiento posterior para asegurarse de que no vuelve a aparecer el problema. Porque con las cucarachas, lo que se ve es solo la punta del iceberg.
Cuanto antes se actúe, mejor
Uno de los errores más comunes es esperar a ver varias cucarachas para llamar a un profesional. Y cuando eso ocurre, ya suele ser tarde. Estas criaturas se reproducen de forma rápida y en condiciones ideales pueden poner decenas de huevos cada semana. Eso quiere decir que en cuestión de días puedes pasar de tener un par de ejemplares a una colonia escondida detrás de los electrodomésticos. Actuar con rapidez es clave. Si se detecta un solo ejemplar en casa, conviene hacer una revisión. Muchas empresas de control de plagas ofrecen inspecciones sin compromiso, y eso ya te da una idea de por dónde van los tiros. Un pequeño chequeo puede ahorrarte un disgusto enorme en pleno verano.
Prevención: lo más inteligente
Aunque parezca algo obvio, muchas veces pasamos por alto detalles muy simples que podrían evitar que las cucarachas entren en casa. Mantener la basura bien cerrada, no dejar restos de comida por la noche, revisar los desagües y tapar rendijas o huecos por donde puedan colarse son pequeños gestos que marcan una diferencia. Pero incluso haciendo todo bien, pueden aparecer. Y ahí es donde un servicio de control de plagas profesional como DISET cobra valor. Porque no se trata solo de reaccionar cuando ya está el problema encima, sino de impedir que ocurra. Una revisión anual, especialmente antes del verano, puede mantener tu hogar o negocio protegido sin necesidad de llegar a situaciones extremas.
¿Y si vives en comunidad o tienes un negocio?
Aquí la cosa se complica un poco más. Porque, aunque tú tengas la casa impoluta, si el vecino de al lado tiene una plaga, es muy probable que acaben cruzando de un sitio a otro. Las cucarachas no entienden de muros ni de propiedad privada. En comunidades de vecinos, lo mejor es actuar en conjunto y contratar un servicio profesional que revise zonas comunes, bajantes, sótanos y cuartos de contadores. Y si tienes un local de hostelería o un pequeño comercio, aún con más razón. La normativa sanitaria obliga a tener controles de plagas regulares y, en muchos casos, se exigen certificados de empresas especializadas. Además, ¿quién quiere perder clientes por culpa de un insecto paseando entre mesas? Ese tipo de situaciones no se olvidan.