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El contrapunto

Atarazanas de tiempo en Castellar

  • Este año verá el Santo Entierro Magno de Cádiz: dos de los veintidós pasos son suyos. El paso pasa por cinco procesos: ebanista, tallista, dorador, escultor y proyectista. Especializado en pasos de Cristo, también hace parihuelas para los pasos de palio.

SE para el tiempo en Castellar. Así debe ser para que después ese tiempo se pare en la calle en este Miércoles Santo y en todos los días de la semana. Desde el Azotado de Lebrija hasta la Pollinica de Málaga, 54 pasos han salido de las manos de Francisco Bailac González, ensamblador, ebanista, artesano del instante, intérprete de los siglos.

Es posible que su apellido viniera con alguno de los cien mil hijos de San Luis que tienen acomodo en una calle perpendicular a la del taller. El referente más cercano, Bailac padre, es un espejo profesional, modelo de estirpe. El padre nació en Paradas e hizo su aprendizaje con Currito el Dorador. En 1968, año del mayo francés, llegó a este taller donde ahora gobiernan las manos y el sentido de la proporción de su hijo.

Hubo elecciones andaluzas el domingo de Pregón. Las manos de Bailac pregonan Andalucía todos los días del año: no deben ser muchos los que como es su caso tengan obra en las ocho capitales andaluzas. En lugares tan lejanos como Almería tiene seis pasos. En Jerez tiene también media docena. Para mantener cierto distanciamiento brechtiano, ha trabajado para casi todas las cofradías de Sevilla, pero no es de ninguna. Se hizo hermano de la Mortaja de Jerez. Su mujer, a la que conoció en un permiso de la mili en la discoteca Holiday, y sus hijas Inmaculada y María, universitarias en paro, son hermanas de San Gonzalo. Nacido en Camas, se hizo trianero cuando se casó, años bien repartidos entre el Tardón y el barrio de León.

Comparte el taller con su socio Jesús Sánchez Arias. El espacio es un cartel de fiestas primaverales. Llega Juan García, profesor de Baile. "Durante un tiempo, aquí al lado hubo un taller de confección de trajes de gitana". Se ha especializado en pasos de Cristo. "Para los palios, les hago las parihuelas". Tienen una vida media de unos veinte años en la calle. Algunas vuelven mucho antes para la reparación, como la parihuela del palio de San Esteban, que volvió a su taller al año de su estreno para que le subsanara los efectos de un golpe en la difícil entrada. Circunstancia que atribuye a la bisoñez de algunos costaleros.

Es un capitán Acab en sus atarazanas. Trabaja entre barcos que luego se harán a la mar. Quien los ve en la calle igual desconoce los procesos de estos astilleros para que el barco navegue: el ebanista (Bailac), el tallista, el dorador, el escultor y el proyectista.

Es artista del sur. "De Despeñaperros para arriba, fui con mi padre a hacer un altar en Valladolid". Acababa de casarse en los Salesianos de Triana y tuvo que rematar la tarea de su padre con el altar del Rocío en Almonte. "No acabé por diferencias con el proyectista, Juan Infante Galán. Las cuatro columnas y las ménsulas que las sujetan salieron de aquí".

Hace encaje de bolillos con esta cartografía de emociones. Un antiguo proyecto para el Cachorro lo adaptó para ponerlo en la calle en una cofradía de Albox, Almería. El Crucificado de la Viña "es primo hermano del Cristo de la Sangre de San Benito". Todos los años le gusta darse una vuelta por su obra en alguno de los destinos andaluces para los que ha trabajado. Hasta el viernes verá las procesiones en Sevilla, lamentó el Lunes Santo la fallida salida de sus hijas en San Gonzalo. El Sábado Santo irá a Cádiz a ver el Santo Entierro Magno, que veinte años después suena a macroprocesión organizada con motivo de la Expo. "Esa procesión pone veintidós pasos en la calle, dos de ellos son míos".

Trabaja para muchos imagineros: Miñarro, Fernando Aguado, Lourdes Hernández. Y para completar lo que algunos no hicieron. "Ortega Bru era un imaginero excepcional, pero en los ensambles fallaba mucho". Es hombre de costumbres y todos los martes desayuna en El Ambigú, un bar de la calle Feria equidistante de las iglesias de San Juan de la Palma y Omnium Sanctorum. Cruz Verde.

El Miércoles Santo es el paso del ecuador de la dedicación de este guardián de la madera a la recreación de los misterios. No sólo de Dios vive el hombre. "Te encasillan en temas de Semana Santa y nadie viene a encargarte muebles". Lo dice quien recuerda el primer trabajo de su padre, "doce sillones que le encargó el hermano mayor de San Benito".

El dueño de este apellido francés viajó al país vecino hace una década para llevar a sus hijas a Eurodisney. De luna de miel se fue a Canarias y sus bodas de plata con la partenaire del Holiday las celebró en Roma y Florencia. Allí encontró este Renacimiento cotidiano del compás y la escuadra que lo convirtió en vecino, tapia con tapia, del palacio de Dueñas. "Me han ofrecido irme a una nave en un polígono, pero yo de Castellar no me muevo". Se oye el zapateado de la clase de baile y suena como máquinas de imprenta. El cuerpo de la Pollinica malagueña ocupa todo su taller. Un barco de secano, como el Fitzcarraldo de Herzog. El ensamblador ensambla. Verbo que es un galicismo, deuda del ensemble francés: grupo, cuadrilla.

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